Amnistía denuncia maltrato a jóvenes indígenas detenidos en Perth

"Me sentí como un perro", dijo uno de los jóvenes que presuntamente fue víctima de maltrato en el correccional de Banksia Hill, en Perth

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Source: SBS

Amnistía Internacional denunció hoy los abusos perpetrados en un correccional del suroeste de Australia, en donde presuntamente menores indígenas fueron encerrados por varias semanas en celdas solitarias.


La filial australiana de Amnistía Internacional (AI) pidió el cierre de la Unidad de Apoyo Intensivo del Centro de Detención Juvenil de Banksia Hill, en la ciudad de Perth, tras las "graves" denunciar de maltrato contra los internos que estarían violando los estándares internacionales.

"Son denuncias muy serias, que de ser confirmadas pondrían las prácticas del Centro de Detención de Banksia Hill en una clara violación de la ley y los estándares internacionales por suponer tortura o trato cruel, inhumano o degradante", dijo en un comunicado la representante de asuntos indígenas de AI, Tammy Solonec.

Representantes de AI Australia visitaron el centro la semana pasada y entrevistaron a dos jóvenes reclusos, quienes indicaron que habían sido recluidos en celdas del tamaño de un estacionamiento de un coche por varias semanas y con el derecho de salir de ella solamente por unos diez minutos diario.

"Muchas veces se les negó acceso a servicios básicos como una ducha. Fueron alimentados a través de una rendija en la puerta y a pesar del daño mental grave causado por este tipo de aislamiento, se les limitó el acceso a psicólogos", precisó Solonec.

Fuentes no identificadas y consultadas por AI indicaron que al menos tres jóvenes fueron recluidos en celdas aisladas en la Unidad de Apoyo Intensivo durante unas dos semanas entre mayo y agosto de 2017, hasta que uno de ellos fue trasladado a una prisión para adultos en diciembre pasado.


Además del uso excesivo de la fuerza, que incluye métodos represivos, también se denunció la privación del contacto con familiares, así como la negación al acceso adecuado a la educación, la atención médica o a programas o servicios sociales.
Un informe publicado en julio de 2017 por los Servicios de la Custodia del estado de Australia Occidental, cuya capital es Perth, revelaron el uso de capuchas, confinamiento en celdas solitarias, presuntos abusos sexuales y un incremento de autolesiones e intentos de suicidio en Banksia Hill.


La organización exigió una investigación independiente de los hechos para considerar el cierre de esa Unidad, al recordar que los maltrato denunciado en ese centro de Perth se une a otras denuncias de abusos ocurridos en otros centros correccionales del país, que alojan una gran proporción de jóvenes indígenas.


En 2016, la cadena local ABC divulgó imágenes de un adolescente con el cuello atado al respaldo de una silla y la cabeza cubierta por una capucha, y el uso de gas lacrimógeno en las celdas de menores, entre otros abusos que pueden rayar con la tortura, en Don Dale, en la ciudad de Darwin, en el Territorio Norte.


El Gobierno australiano conformó una Comisión Real sobre la Protección y Detención de Menores en el Territorio Norte para investigar las denuncias de maltratos a menores entre 2010 y 2015 en los reformatorios de esa jurisdicción.
Los aborígenes australianos han sido víctimas de constante maltrato desde la colonización, además de desposeídos de sus tierras y discriminados sistemáticamente.


Durante décadas del siglo XX sus hijos les fueron arrebatados para ser cuidados por familias o instituciones de blancos, en lo que se denominó "la generación robada", que afectó a unos 100.000 menores aborígenes entre 1910 y 1970. 

 

 


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Published 16 January 2018 10:34am


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