El primer ministro, Scott Morrison, reveló el martes un plan para "restablecer la economía", hundida por la pandemia del coronavirus, basado en gran parte en fuentes de energías contaminantes.
Este proyecto prevé potencialmente una central eléctrica de gas, financiada con dinero público, nuevos gasoductos y ayudas para proyectos de exploración y de fracturación en extensos yacimientos todavía vírgenes.
Los partidarios del gobierno conservador afirman que, con este plan, el país consolidará su posición como primer exportador de gas natural licuado (GNL).
Rica en carbón y gas, Australia se ha convertido en uno de los principales exportadores de combustibles fósiles. Algunas estimaciones lo sitúan en tercera posición, después de Rusia y Arabia Saudita.
Puntos destacados:
- El primer ministro de Australia, Scott Morrison, dijo hoy que el gas y el carbón son críticos para el abastecimiento doméstico de energía y anunció la construcción de un centro de almacenamiento de gasóleo, afirmando su apuesta por los combustibles fósiles en plena crisis climática.
- Australia, que es el país que es el mayor exportador de carbón del mundo, es considerado como uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, después de Rusia y Arabia Saudí, si se cuentan las ventas de combustibles fósiles al exterior.
- El círculo de reflexión Australia Institute consideró que "una recuperación basada en el gas" no crearía empleos. Si se agotan las reservas de gas, esto significaría "triplicar las emisiones de gas de efecto invernadero del planeta.
Pero el gobierno de Morrison, que considera que el carbón es fundamental para que los precios domésticos de la electricidad sean competitivos, asegura que se necesita una nueva capacidad despachable de 1.000 megavatios para brindar energía asequible y confiable.
Morrison espera que la inversión privada generen la energía adicional que se necesitará cuando se cierre en 2023 la planta de generación eléctrica de Liddell, de 500 megavatios y 122 kilómetros al noroeste de Sídney.
"Pero si no, mi gobierno dará un paso adelante y llenaremos ese vacío", dijo Morrison en la ciudad industrial de Newcastle, a unos 117 kilómetros de Sídney.
El mandatario señaló que la empresa Snowy Hydro también está desarrollado alternativas para construir un generador de gas, así como recalcó la necesidad de integrar mejor las energías renovables en la red eléctrica.
"Las energías como la solar y la eólica no necesitan subsidios sino integrarse" a la red, según Morrison que aseguró que su postura "no es ideológica" sino de"sentido común".
"Este día quedará como histórico, el día que decidimos dar un paso adelante y tomar el control de nuestra estrategia energética", declaró Andrew Liveris, consejero de la comisión de recuperación postcoronavirus, y quien también es miembro del consejo de administración del gigante petrolero saudita Aramco.
Esta decisión del gobierno suscitó consternación, sobre todo teniendo en cuenta que, hace unos meses, el país tuvo que enfrentarse a los peores incendios de su historia y que se ve a menudo golpeado por fenómenos meteorológicos extremos agravados por el cambio climático.
Depósito estratégico de combustible
Asimismo Morrison anunció que su gobierno invertirá más de $200 millones en la construcción de un depósito de combustible de 780 megalitros (ML) por consider que es un asunto de seguridad nacional."Como todos los sectores de la economía, la pandemia de COVID-19 ha tenido un fuerte impacto en la industria de los combustibles. Necesitamos ser soberanos en nuestro abastecimiento de combustibles para protegernos de choques potenciales en el futuro", dijo Morrison.
El gobierno australiano, que recordó que el país no ha tenido una crisis de combustible en 40 años, destacó que el 98 por ciento del sector de transporte se abastece de combustibles fósiles, mientras que el agro-ganadero y el minero dependen fuertemente del gasóleo.
El gobierno, que trabajará en el diseño del plan legislativo en los próximos meses, también recalcó que se fijará una cuota mínima de almacenamiento como medida de seguridad para la gasolina y el combustible de aviación, y aumentará las reservas de gasóleo en un 40%.
El gobierno considera que su plan, que creará unos mil nuevos empleos y permitirá que las refinerías locales sigan operando, fortalece el abastecimiento del país tras la compra en abril pasado de crudo para almacenar su "reserva estratégica" en Estados Unidos.
¿Y el medioambiente qué?
El círculo de reflexión Australia Institute consideró que "una recuperación basada en el gas" no crearía empleos. Si se agotan las reservas de gas, esto significaría "triplicar las emisiones de gas de efecto invernadero del planeta", apunta.
"Lo que va a pasar en que nos quedaremos bloqueados otros 40 años con esta central de gas", denunció el miércoles Mike Cannon-Brookes, multimillonario australiano cofundador del editor de programas Atlassian.
"Que quede claro, ni los ingenieros, ni los científicos, ni los economistas, nadie pide" esta central, insistió.
Muchos eran los que pensaban que la pandemia era la ocasión de imponer un vuelco económico a Australia, que desde hace un siglo basa su desarrollo en la explotación de recursos naturales.
El discurso de Morrison provocó las críticas de los ambientalistas por considerar que se genera más gases contaminantes, a pesar del compromiso en París de reducir sus emisiones en un 26-28 por ciento para 2030 (respecto a 2005) en cumplimiento del Acuerdo de París.
"Debemos luchar contra los planes de Scott Morrison para el colapso del clima por el gas", dijo el líder del Partido Verde, Adam Bandt.
Australia contribuye a un 5 por ciento del total mundial de la contaminación climática, si se suman las emisiones a nivel doméstico de gases que provocan el efecto invernadero (1,4 por ciento) y las exportaciones de gas, combustibles y carbón (3,6 por ciento).
Un estudio del instituto Climate Analytics indica que si Australia sigue aprobando proyectos mineros como el de Adani, la mayor mina de carbón del mundo en Queensland, será responsable para 2030 del 17 por ciento de las emisiones contaminantes.