A millones de kilómetros de distancia y en planetas cercanos como Marte o nuestro satélite la Luna apuntan las miradas de los científicos. En un ambiente totalmente distinto como una gravedad cero por ejemplo y ausencia de agua, el reto es colosal a la hora de imaginar una colonia humana capaz de ser autosuficiente.
Para estos científicos también es importante desarrollar alimentos que no caduquen en misiones largas y entender cómo la exposición al medio ambiente a bordo de las naves espaciales puede afectar a los sabores de los alimentos, así como encontrar una variedad de comidas para ayudar a los astronautas a seguir disfrutando el placer de comer.
Seguramente no serán tequeños o tacos o asados argentinos o ceviches ni curantos. La comida en el espacio será totalmente distinta, aunque con los valores nutritivos necesarios. Los campos de cultivo probablemente serán los mismos que los mineros, todo en uno, y con las salvaguardas necesarias para evitar la pérdida de los alimentos, algo que podría suponer en su extremo, el fin de los habitantes de una colonia humana espacial.
Puntos destacados:
- Australia del Sur busca desarrollar proyectos agrícolas sostenibles en el espacio y en tiempos de emergencia climática.
- El Jardín Botánico de Adelaida alberga un Banco de Semillas con más de 200 millones de ejemplares.
- El Banco de Semillas y los proyectos agrícolas de la Universidad de Adelaida pueden contribuir con conocimientos para mitigar los efectos de las actividades humanas en el planeta y salvar a varias especies de la extinción.
Las plantas en el espacio necesitan energía mitocondrial, que es uno de los principales retos, mientras otros se centran en lograr que los alimentos que se producen lejos de la tierra puedan rehidratarse, tengan los nutrientes necesarios y sean atractivos para los seres humanos.
“La investigación en el espacio nos fuerza a pensar más allá de los esquemas pre-establecidos”, dijo recientemente en una reunión con la Asociación de la Prensa Extranjera en la capital de Australia del Sur, Volker Hessel, director de investigación del Centro de Recursos Planetarios y Espaciales Sostenibles y profesor de la Escuela de Ingeniería Química y Materiales Avanzados.
Pero los investigadores de la Universidad de Adelaida no se centran únicamente en la comida y la agricultura en el espacio, sino también en condiciones extremas como las que se crean con el cambio climático.Los científicos buscan “entender la adaptación de las condiciones” de las plantas y principalmente la emergencia climática "es innegablemente nuestro principal objetivo”, precisó Matthew Gilliham, director del Instituto de Investigación Waite de la Universidad de Adelaida y uno de los expertos en el área más reconocidos mundialmente.
Colección de plantas Jardín Botánico de Adelaida Source: SBS Spanish
Gilliham explicó que el pensar en la producción de alimentos “de formas sostenibles” ayudará en afrontar los problemas de la deforestación que actualmente tiene otras implicaciones en el planeta.
Y Australia del Sur, un estado acostumbrado a la inclemencia del clima y que sufre problemas de salinización, aunque también brilla por sus alimentos y vinos, fue afectada fuertemente por la sequía de 2020 y además es vulnerable al cambio climático, por lo que lo hace buen lugar para este tipo de estudios.
Investigación sobre alimentos en el espacio de la Universidad de Adelaida Source: SBS Spanish
UN BANCO DE MILLONES SEMILLAS SALVADORAS
A menos de un kilómetro de la Universidad de Adelaida está el Jardín Botánico, pulmón del centro de esta apacible ciudad y el corazón de un banco de semillas que alberga más de 200 millones de ejemplares que pueden ser una de las claves para salvar a varias especies de la extinción, no solo del reino vegetal, sino de animales que dependen de ellas.
.Las plantas autóctonas de Australia del Sur forman parte integral de sus paisajes y ecosistemas únicos; sin embargo, 1 de cada 4 especies de plantas autóctonas de este estado, es decir más de 1.000, están amenazadas debido a la pérdida de hábitat y a la competencia con las especies introducidas, indica el portal del Jardín Botánico.
Dan Duval muestra las semillas conservadas a más de 80 grados bajo cero Source: SBS
Además, Australia del Sur, sufrió grandes pérdidas por los incendios forestales del Verano Negro de 2019-20, especialmente en la Isla Kangaroo.
A menos de 80 grados, las semillas de unas 2.000 especies, la mayoría en peligro, son almacenadas en sus congeladores, y algunas de ellas sirven para regenerar la flora perdida en las áreas calcinadas, según explicó Dan Duval, uno de los expertos del Banco de Semillas.
Este lugar es “un seguro contra la extinción”, manifestó una de las investigadoras del Banco de Semillas, Jenny Guerin, quien está preocupada particularmente por las orquídeas.