El primer ministro australiano, Scott Morrison anunció el lunes por la noche que todos los trabajadores de residencias de ancianos deben recibir su primera dosis antes de mediados de septiembre para poder trabajar en el sector, tras terminar una reunión de emergencia del comité de respuesta contra la COVID-19 para atajar la última crisis sanitaria.
El brote de Sídney con una variante Delta, que ha acumulado desde mediados de junio 130 infecciones locales en esta ciudad, se ha expandido rápidamente a los estados de Queensland, y Australia Occidental, así como el Territorio Norte.
"No es algo que ningún gobierno deba hacer a la ligera... hemos estado considerando este asunto durante algún tiempo basándonos en el mejor asesoramiento médico posible", dijo Morrison al anunciar esta decisión que se produce en un momento en que los brotes de coronavirus en Australia han reavivado los llamamientos para que se incremente la vacunación ante el avance de la Delta.
Puntos destacados:
- El primer ministro Scott Morrison dijo el lunes por la noche que los líderes del gabinete nacional habían aprobado la vacunación obligatoria para los trabajadores de las residencias de ancianos, en un intento de completar lo que se suponía que era la primera fase de la implantación y proteger a algunas de las personas más vulnerables del país.
- De las 910 muertes que se han producido en Australia a causa del COVID-19, 685 han sido residentes de centros de atención a la tercera edad.
- El aumento de los contagios de coronavirus en diferentes ciudades de Australia obligó a las autoridades a imponer nuestras restricciones y confinamientos en Nueeva Gales del Sur, Queensland, Australia Occidental y el Territorio Norte.
- En ella fiesta de West Hoxton, en el oeste de Sídney, considerado como un evento de super-propagación se infectaron 30 personas, excepto 6 que estaban vacunadas, con esta variante que tiene una tasa de casi de 100 por ciento de infección.
Morrison explicó que el objetivo del plan obligatorio era completar el despliegue de la vacunación en los centros de atención a la tercera edad para mediados de septiembre, mediante una combinación de órdenes sanitarias estatales y medidas de la Commonwealth.
En un intento de garantizar que no se produzcan consecuencias imprevistas, como el abandono del sector por parte de los cuidadores de ancianos, el gobierno federal aportará 11 millones de dólares para que los centros de atención de ancianos puedan conceder permisos remunerados al personal para que se vacune.
"La razón por la que hay bajas tasas de vacunación tiene poco que ver con nuestros trabajadores", dijo la directora general de n Aged & Community Services Australia Patricia Sparrow, al comentar la medida.
Medidas para los viajeros internacionales y las cuarentenas
El gabinete nacional también acordó la obligatoriedad de las pruebas post-cuarentena para los viajeros que regresen, que deberán realizarse entre dos y tres días después de su salida.
Además, se prohibirá alojar a los viajeros nacionales de bajo riesgo junto a los internacionales de alto riesgo, lo que provocó un brote en Queensland.
Esto podría hacerse separando a los viajeros en diferentes alojamientos o plantas de un mismo centro.
El Gabinete también anunció que se implantará la vacunación y las pruebas obligatorias de todos los trabajadores de la cuarentena, incluidos los que participan en el transporte de personas a la cuarentena.
Los viajeros que hayan pasado la cuarentena de 14 días en una jurisdicción podrán entrar en otras jurisdicciones sin tener que pasar la cuarentena durante otros 14 días.
Al ser preguntado si Australia podría seguir a otras naciones del mundo en la apertura, Morrison respondió que no estamos "ni cerca" del punto en el que podamos volver a una cierta sensación de normalidad.
Y en un intento de fomentar una mayor vacunación, el gobierno federal ofrecerá un plan de indemnización sin culpa para los médicos de cabecera que administren las vacunas contra el COVID-19.
El comandante de la fuerza de trabajo COVID-19, John Frewen, dijo a los periodistas que, aunque los suministros de Pfizer seguían siendo limitados, había suficientes dosis de AstraZeneca para las personas mayores de 60 años.
Advirtió que la enfermedad no se erradicará en un futuro próximo.
"Tendremos que ir haciéndonos a la idea de que habrá brotes continuos en el espacio COVID", dijo.
"Pero con todas esas medidas de mitigación podemos, con suerte, mantener a la gente viva, evitar que la gente enferme gravemente y luego volver a la vida normal lo más rápido posible".
Cuarentenas impuestas y a la vista
Australia había hasta ahora controlado bien la propagación del covid-19, pero vive ahora un aumento del número de personas infectadas, sobre todo en cuatro grandes ciudades: Brisbane, Darwin, Sídney y Perth.
El foco más importante se registra en Sídney (sureste) en este momento. El origen sería un conductor que trabaja para las tripulaciones de aerolíneas, que dio positivo a mediados de junio. Los habitantes de la ciudad más poblada de Australia iniciaron el domingo un confinamiento de dos semanas.
El confinamiento de 48 horas de la ciudad de Darwin y su periferia, en el norte, fue prolongado este lunes hasta el viernes ya que el número de contagios vinculados a una mina de oro aislada pasó a siete.
"El riesgo aumentó en las últimas 24 horas. Ahora entramos en un periodo extremadamente crítico. Tenemos que seguir confinados el tiempo de cercar el virus", declaró el responsable del gobierno en la región norte de Australia, Michael Gunner.
Las autoridades también instaron a la población aborigen, que sería más vulnerable al virus, a no viajar a Darwin.
En las ciudades de Perth (suroeste), se ordenó el lunes un confinamiento de 4 días, y Brisbane (este) también se reforzaron las medidas de restricción el lunes.
En Brisbane y sus alrededores, el uso de mascarilla es obligatorio y se ha limitado el número de personas que pueden reunirse.
Desde el inicio de la pandemia, Australia contabiliza cerca de 30.500 casos de covid-19 y 910 decesos, en una población de 25 millones de personas.