El nuevo proyecto de ley de contrainteligencia, que será presentado en el Parlamento de Camberra esta semana, abarcará las donaciones extranjeras a los partidos políticos y medidas contra el espionaje y la interferencia extranjera en las instituciones democráticas de Australia.
También reforzará las leyes que prohíben revelar información clasificada y definirá como delito criminal el apoyo a una agencia de inteligencia extranjera.
“La legislación reforzará y modernizará una gama de ofensas incluyendo el espionaje, el sabotaje y la traición”, dijo el fiscal general, George Brandis, al grupo mediático Fairfax.
“También introducirá, por primera vez, una gama de ofensas criminales por actos de interferencia extranjera”, acotó.
La propuesta será presentada días después de que la prensa australiana revelara que el senador laborista Sam Dastyari advirtiera al empresario Huang Xiangmo, quien está vinculado al Partido Comunista chino, de que su teléfono podría estar intervenido por los servicios de inteligencia.