La falta de vacunas provocó acciones de pánico entre pobladores que buscan obtener una dosis, dijo Brad Hazzard, ministro de Salud del populoso estado de Nueva Gales del Sur.
"Casi parece Los juegos del hambre con la gente buscando vacunas", dijo sobre los pobladores desesperados que llegan en masa a los centros de vacunación o llamando frecuentemente a hospitales con la esperanza de obtener una cita.
Los juegos del hambre es una historia ambientada en un futuro distópico donde jóvenes son escogidos para participar en una batalla anual hasta morir. Los libros y películas gozan de gran popularidad.
Solo 7% de los 25 millones de australianos han sido plenamente vacunados, una de las tasas más bajas para un país desarrollado.
El gobierno conservador del país apostó fuertemente por la vacuna de AstraZeneca y en el desarrollo de una vacuna local, que fracasó en la etapa de pruebas.
Pero muchos australianos rechazan la de AstraZeneca, que ahora se recomienda solo a personas de más de 60 años, y buscan citas para recibir la de Pfizer.
Sin embargo, el esfuerzo por obtener más dosis de Pfizer o de otras marcas se ha visto afectado por decisiones tardías en los pedidos y la escasez mundial.
El primer ministro, Scott Morrison, se enfrenta a crecientes presiones por aumentar la tasa de vacunación, en momentos que un brote de casos en Sídney, la ciudad más grande del país, subió a 300. La ciudad está en la fase final de un confinamiento por el brote.
Australia ha tenido solo 30.000 casos del virus, pero varias ciudades grandes impusieron cierres relámpago para contener pequeños brotes en las últimas semanas.
Hazzard advirtió que "mientras no tengamos suficientes vacunas y suficientes personas que puedan aplicar esas vacunas, continuaremos teniendo aquí unos Juegos del hambre".
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