El cardenal australiano George Pell, quien se encuentra detenido desde el 27 de febrero, conoció hoy su sentencia por los abusos sexuales a dos menores de 13 años ocurridos después de oficiar una misa un domingo en la catedral St Patrick's de la ciudad de Melbourne en 1996. Un jurado halló culpable el 11 de diciembre pasado al entonces arzobispo de Melbourne de cinco cargos de abusos sexuales a menores, uno de ellos por penetración oral.
El juez Peter Kidd del Tribunal de VIctoria, con sede en la ciudad de Melbourne, le impuso una sentencia de 6 años, aunque 3 años y 8 meses deberá pasar obligatoriamente en prisión por los delitos cometidos contra "J", el denunciante, y "R", la víctima fallecida.
Kidd remarcó en la sentencia que el abuso contra los dos niños del coro, aún vestido con sus atuendos religiosos oficiales, supusieron "un ataque sexual descarado y forzado contra las víctimas".
El juez remarcó que la sentencia se refieren soóo por los delitos de Pell, que según él fueron cometidos de forma consciente y con arrogancia, y no pretenden resarcir a otras presuntas víctima so víctimas de pederastia ni contra la Iglesia Católica o por los fallos del prelado de denunciar otros casos.
"Usted es una de las figuras más importantes dentro de la Iglesia católica a nivel mundial. Sigue siendo un cardenal de la Iglesia Católica. Es una figura de gran interés para los de la fe católica y para los de toda Australia en general", dijo el juez Kidd. . "Cuando dirigí al jurado que lo declaró culpable en este juicio, remarqué que no se le debe convertir en un chivo expiatorio por cualquier falla, o por las fallas percibidas de la Iglesia Católica".
El proceso contra Pell recién se conoció el 26 de febrero cuando la Fiscalía desistió de seguir un segundo caso contra el prelado de 77 años, quien fuera el jefe de las Finanzas del Vaticano.
Hasta entonces los detalles del proceso no se habían hecho públicos porque el juez Peter Kidd del Tribunal del Condado de Victoria impuso una restricción legal que afectó a la prensa, así como a un libro escrito por la periodista Louise Milligan que recoge las denuncias contra el cardenal desde la década de 1960.
Pell es el jerarca de más alto rango en ser condenado por pederastia en el mundo. Al conocerse el veredicto del jurado, el Vaticano prohibió a Pell que oficiara misas y que se acerque a niños.
Pell was found guilty in December of sexually abusing two boys at St Patrick's Cathedral in East Melbourne in 1996. Source: Supplied
Pell, que no rindió testimonio durante el proceso al acogerse a su derecho al silencio, mantiene su inocencia desde ya se conoce que ha apelado la sentencia ante una instancia superior.
Su testimonio fue el que dio a la Policía durante una entrevista en Roma en 2016, según un vídeo que fue difundido recientemente,
"Qué montón de basura absoluta y vergonzosa. Completamente falso, es una locura", dijo entonces Pell al ser preguntado por las acusaciones en el vídeo.
Al ser preguntado por los agentes policiales acerca de la penetración sexual, Pell dijo que "casi no se puede imaginar un lugar que sea más improbable que se cometa delitos de pedofilia que la sacristía de una catedral después de la misa".
El veredicto fue emitido por un segundo jurado, que lo declaró culpable, después de que un primero no alcanzó la unanimidad requerida y se invalidara por tanto ese juicio, para dar inicio a otro.
El denunciante, que era miembro del coro de la iglesia de St Patrick's, relató que un domingo, después de oficiar una misa a finales de diciembre de 1996, Pell le violó oralmente tras haber abusado de un amigo, con quien estudiaba gracias a sendas becas en el prestigioso colegio St Kevin.
The sacristy at St Patrick's Cathedral. Source: Supplied
Pell también ordenó al demandante que se bajase los pantalones y después le acarició los genitales y se masturbó durante unos minutos, lo que dejó traumatizado al niño de trece años durante años.
La otra víctima, que nunca denunció los hechos, murió de una sobredosis de heroína en 2014.
Uno de los argumentos de la defensa durante el proceso es cómo pudo Pell levantarse los pesados y complicados atuendos religiosos para mostrar su pene erecto.
Pese al paso del tiempo, la mayoría de las víctimas abusadas recuerdan muy bien los detalles centrales de un hecho durante muchos años: el 'quién' y el 'qué', la naturaleza del contacto y la identidad del perpetrador", explicó recientemente Jane Goodman-Delahunty, experta en psicología forense al portal news.com.au.
Tras conocerse el veredicto, la víctima sobreviviente -al que se le llama “El chico” en el libro de Milligan (El cardenal: ascenso y caída de George Pell)- dijo en un comunicado que “como muchos supervivientes, he experimentado la vergüenza, la soledad, la depresión y he luchado para sobrevivir. Como muchos supervivientes, he tardado muchos años en comprender el impacto que aquello tuvo en mi vida".
Veinte años después escuece la herida de estos hechos que denunció cuando la otra víctima - llamado en el libro "El niño del coro" - murió en 2014 de una sobredosis de heroína sin que nadie supiese su secreto. Ese paso de este joven, que a diferencia de otras víctimas logró tener una vida normal según el libro de Milligan, motivó una investigación de la Policía de Victoria que detonó el proceso el año pasado.
Los padres de la otra víctima fallecida ya han anunciado también que iniciarán un proceso civil. contra Pell o la Iglesia por los daños causados a su hijo y a la familia.
Esa segunda víctima dejó poco después de los abusos el coro al que tanta ilusión le daba antes, según el libro “Cardenal”, y comenzó a probar heroína a los 14.
Asimismo otra supuesta víctima del caso sobreseído, que se llamó "nadadores de la piscina" en alusión a los presuntos toqueteos de Pell en la piscina de Ballarat, su ciudad natal, en la década de 1970 también ha denunciado en un tribunal civil a Pell y a aquellos que tenían la responsabilidad de protegerlo, entre ellos el estado de Victoria.
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