¡Cuando haces lo que te gusta, no 'trabajas' ni un día de tu vida; pero para Joey Espino y Jao Jundam, mantener la vida que llevaban significó conformarse con el empleo que pudieron conseguir.
"A mi familia le costó asimilar lo que estábamos viviendo en Australia. En un momento dado, mi hermano nos dijo '¿Por qué complicarse la vida? Podéis volver a casa'".
En su país de origen, Joey trabajaba como profesora universitaria y editora jurídica, mientras que su marido Kris era tecnólogo médico.
"Yo también estaba ya en mi tercer año como estudiante de derecho en Filipinas cuando decidimos mudarnos a Australia para poder continuar mis estudios de derecho aquí", explica la inmigrante al recordar que entonces: "Fue una gran apuesta porque ya teníamos buenas carreras en Filipinas. Aquí, era una historia diferente".
Puntos destacados:
- Los inicios en el mercado laboral en Australia son difíciles sin experiencia laboral.
- Los casos de Joey Espino y Jao Judam retratan las dificultades de las personas que tienen cualificaciones altas en sus países de origen y tienen que comenzar con trabajos que no esperaban.
- Los inicios pueden causar angustia en los inmigrantes.
La historia de la pareja en Australia comenzó con un sentimiento de desesperación y la necesidad de restar importancia a los logros del pasado.
"Intentamos buscar trabajo en nuestros respectivos campos, pero siempre nos rechazaban. Los empleadores decían que no teníamos experiencia local o que nuestra experiencia en Filipinas no tenía peso. Pero pensamos: '¿cómo vamos a conseguir experiencia local si nadie nos da una oportunidad?".
Para tener una oportunidad, Joey cuenta que retocaron sus currículos para que no se les considerara "sobrecualificados". Omitieron sus títulos y logros, y decidieron que aceptarían cualquier trabajo que pudieran conseguir.
Entre los trabajos que consiguieron estaban los de limpiadora, vendedora ambulante en cafeterías, cortadora de pan, trabajadora de apoyo a discapacitados, vendedora a domicilio y cuidadora de mascotas."Tuve 11 trabajos diferentes en cuatro meses. Para ser sincera, fue devastador. Todas las noches llorábamos y nos preguntábamos si podíamos seguir adelante. Los gastos de matrícula eran demasiado elevados y luchábamos por sobrevivir", cuenta Joey, y añade: "Pero nos levantábamos al día siguiente y nos decíamos que si otros son capaces de salir adelante, nosotros también podemos".
International student Joey Espino and her husband Kris. Source: Joey Espino
Este optimismo permitió a la pareja mirar más allá del trabajo que nunca consideraron hacer en el pasado.
"Nos sentimos afortunados de ser limpiadores aquí en Australia y no en Filipinas: ganamos en dólares y los trabajos de limpieza aquí son menos "sucios" que en nuestro país. Sin embargo, nuestros padres se sienten tristes porque, después de enviarnos a buenas escuelas, nos convertimos en limpiadores. Pero les dijimos que así es como sobrevivimos. Respetamos mucho a la gente que se dedica a este trabajo".
Aunque la pareja sigue en esta línea de trabajo, hace dos años también encontraron empleos mejor pagados en un almacén cercano a donde viven.
"Kris trabaja como conductor de carretilla. Yo solicité ser empaquetador, pero me ofrecieron un trabajo de representante de clientes en su oficina. Seguimos luchando, pero ahora podemos respirar más tranquilos. Ahora, cuando la gente intenta convencernos de que nos vayamos a casa, decimos que no. Esto es por nuestro futuro. Es duro, pero lo conseguiremos".
Joey Espino [L] and Jao Jundam [R] Source: Joey Espino / Jao Jundam
Arriba, abajo, arriba
"En 2015, quedé entre los 7 primeros de más de 17.000 en el tribunal de enfermería. Quería estudiar medicina, es una herencia familiar", comparte Jao Jundam.
"Pero después de hablar con mi familia, decidí probar primero la enfermería en Australia".
Para Jao, estudiar y eventualmente cursar enfermería en Australia le permitirá ahorrar suficiente dinero para sus futuros estudios de medicina.
La decisión de estudiar en Australia le llevó a cursar la licenciatura de enfermería en la Universidad de Canberra.
"Mi tía de Brisbane me ayudaba económicamente, pero yo también quería ganar mi propio dinero. Solicité trabajo en hospitales y residencias de ancianos, pero me rechazaban una y otra vez", explica.
"Me preguntaba una y otra vez: "¿Es Australia realmente para mí?".
Aunque sentía que no podía encontrar una respuesta definitiva, las llamadas telefónicas a su madre en Filipinas le daban fuerzas para seguir adelante.
Jao cuenta que las palabras de su madre le ayudaron a superar los momentos difíciles.
"Pasé por una depresión, al darme cuenta de que ser el mejor de la tabla en mi país no significaba mucho aquí", dice.
"Aunque mi madre estuviera lejos, me animaba. Estaba conmigo en mis luchas y estaba conmigo en mis éxitos. Ella fue una de las principales razones por las que sobreviví".
La supervivencia económica en Australia, en cambio, supuso aceptar un trabajo de venta de pescado
"Encontré trabajo en el mercado de Sea Harvest. Me lo tomé como una experiencia positiva: ahora sé mucho sobre el pescado", ríe Jao, y añade: "Recuerdo que mi encargado me daba las bolsas de cinco dólares de los restos de pescado que no se vendían. Eso me hacía feliz".Después de trabajar como vendedor de pescado y graduarse en la universidad, Jao se trasladó a Brisbane para vivir con su tía.
After working as a fish vendor and cleaner, Jao is now a nurse. Source: Jao Jundam
"Era enfermera titulada en Australia, pero la búsqueda de empleo seguía siendo difícil al principio. Tenía 100 carpetas diferentes para 100 solicitudes.
"Mientras esperaba un puesto de enfermera, trabajé como limpiadora. Comprendí que estar en un país nuevo significaba que tenía que empezar de cero".
Empezar de cero le ha enseñado a Jao a ser humilde, ya que fue consiguiendo trabajos ocasionales a través de una agencia de enfermería y, finalmente, fue contratado de forma permanente por el Hospital Redcliff de la Bahía de Moreton.
"Estoy en la unidad de evaluación médica. Es una sala de ritmo rápido. Hay muchos filipinos en nuestra sala y se siente como una familia, así que me encanta", comparte.
La vida que ahora ama y disfruta le ha hecho apreciar lo que tuvo que pasar.
"Ahora soy alguien más fuerte, más inteligente y mejor luchador en la vida. Es duro; pero al final del día, siempre valdrá la pena".