Australia enviará a una delegación de unas 1.000 personas a los Juegos Olímpicos de Tokio, que arrancan el otro mes. Su regreso es clave para considerar un relajamiento de las medidas impuestas a los viajes en el extranjero, dijo esta semana el director médico del Equipo Olímpico Australiano que viajará a Tokio, David Hugues, a periodistas en Sídney.
La delegación, que está compuesta por unos 300 atletas y que tendrá a un 98 por ciento de sus integrantes totalmente vacunado, es la mayor cohorte de personas totalmente vacunadas que se van a un entorno de riesgo medio".
"Al volver a Australia desde el extranjero como una cohorte totalmente vacunada de más de 1.000 personas, creo que proporciona una oportunidad interesante para que el gobierno australiano eche un vistazo a las tasas de infección", precisó a periodistas.
"Creo que esto brindará una oportunidad interesante al Gobierno australiano para mirar las tasas de infección" (tras el retorno de la delegación), y contribuirá a "la configuración de políticas futuras" respecto a los viajes al extranjero de las personas vacunada.
Australia tiene sus fronteras internacionales cerradas desde marzo de 2020 por la pandemia de la covid-19 y solo permite la salida de personas con exenciones por motivos humanitarios, laborales o de seguridad nacional.
Según el presupuesto, las fronteras se reabririan en junio de 2022, unos seis meses de terminar su plan de vacunación.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, dejó abierta la posibilidad de que pueda implementarse un sistema para que las personas vacunadas pasen las cuarentena en sus casas después de viajar al extranjero en lugar de los hoteles o centros destinados especialmente para estos fines.
En medio de las presiones para que se relajen las restricciones de viajes y se repatrie a más de 30.000 ciudadanos y residentes varados en el exterior por la pandemia, el primer ministro australiano, Scott Morrison, dejó en abril pasado abierta la posibilidad de que los viajeros internacionales puedan realizar sus cuarentenas obligatorias en casa en lugar de centros habilitados para estos fines.
El país oceánico, donde una gran parte de la población apoya el cierre de fronteras, acumula más de 30.350 infecciones de covid-19, incluyendo 910 fallecidos, desde el inicio de la pandemia y ha vacunado a más de 5,7 millones de habitantes, de los cuales casi unos 850.000 han recibido las dos dosis de Pfizer o AstraZeneca.