La amenaza de una guerra del acero estadounidense pone en pánico a Australia

El presidente estadounidense, Donald Trump, parece estar decidido a aplicar la semana próxima aranceles a las importaciones de acero y aluminio sin excepciones para los aliados, una situación que preocupa a la comunidad internacional y en especial a China, la Unión Europea y Australia, un gran exportador de esta materia prima.

Trump has announced he will impose tariffs on imported steel and aluminum.

Trump has announced he will impose tariffs on imported steel and aluminum. Source: Getty

El presidente estadounidense, Donald Trump, parece  estar decidido a aplicar la semana próxima aranceles a las importaciones de acero y aluminio sin excepciones para los aliados, una situación que preocupa a la comunidad internacional y en especial a China, la Unión Europea y Australia, un gran exportador de esta materia prima.

 Trump había asegurado el viernes en un tuit que las guerras comerciales eran "buenas y fáciles de ganar".

 Trump encendió temores de una guerra comercial internacional y una protesta de los socios comerciales de Estados Unidos cuando anunció precipitadamente hace poco aranceles generales de 25% para el acero importado y de 10% para el aluminio.

 El consejero de la Casa Blanca en materia commercial, Peter Navarro, remarcó que los aranceles impulsarán a la industria estadounidense.
"Primero, la razón por la que el presidente lo hace es porque si no lo hace perderíamos a la industria del aluminio rápidamente y poco después a la del acero. Si uno mira por ejemplo a la industria del aluminio, nos situamos en un diez por ciento debajo de nuestra demanda", explicó Navarro.
En la cumbre del G20 que se celebró el año pasado en Alemania, Estados Unidos había asegurado al primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, que sería exceptuado, pero esta promesa se hizo agua porque Navarro ya confirmó que Australia, Canadá y la Unión Europea serían afectados por las tarifas.

Esto ha creado un ambiente de malestar y se abre la posibilidad de un contraataque con medidas similares.

Empero el secretario de Comercio Wilbur Ross, restó importancia al impacto de las medidas retaliatorias contra la economía estadounidense e indicó que en ese sentido que 9.000 millones de dólares en aranceles de Estados Unidos serían apenas una fracción del 1% de la economía del país.

 

China ya adelantó que no permanecerá de brazos cruzados ante las amenazas de Estados Unidos en materia comercial.
"China no quiere una guerra comercial con Estados Unidos, pero si Estados Unidos toma medidas que perjudiquen los intereses chinos, China no se quedará de brazos cruzados y tomará las medidas necesarias", declaró ante la prensa el portavoz de la Asamblea Nacional Popular (ANP), Zhang Yesui, en la víspera de la apertura de la sesión plenaria anual del Parlamento chino.
La primera ministra británica, Theresa May, dijo que planteó su "profunda preocupación" sobre estas tarifas en una llamada telefónica a Trump el domingo, mientras que la Unión Europea ha dicho que está elaborando medidas dirigidas contra las principales marcas estadounidenses, como la fabricante de motos Harley-Davidson y las prendas Levi's.

De su lado, Canadá, que tiene más que ver con las importaciones estadounidenses de acero y aluminio, calificó las tarifas arancelarias como "inaceptables".

  Trump dijo desde su cuenta Twitter el lunes que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que se renegocia con México y Canadá, "ha sido un mal acuerdo para Estados Unidos".

 Y es que el mandatario republicano considera que podría hacer algunas excepciones con aliados de larga data, pero lo condicionó a mejores condijo en este tratado.
"Podemos tener Buenos amigos, pero acuérdense que perdemos unos 800,000 millones de dólares al año. No es un millón de dólares, no son doce centavos, son 800,000 millones de dólares por año en comercio", declaró Trump.

En Australia el pánico cunde.

El líder de la Oposición, Bill Shorten, dijo que el primer ministro del país, Mlacolm Turnbull, debe dar un paso al frente para defender la industria siderúrgica local.
"Para ser justos, no creo que ningún primer ministro australiano pueda poner fin al comportamiento que muestra el president Trump, aunque espero que Malcolm Turnbull pueda llamarle por teléfono. Lo acaba de visitar y al parecer tienen buenas relaciones. Espero que al menos lo intente. En términos de la protección de los empleos australianos, hay decenas de miles de personas que trabajan en la industria del acero y el aluminio. Esos trabajos merecen ser defendidos", señaló Shorten.
 Australia exporta unas 400,000 toneladas de acero al año a los Estados Unidos.

En términos de las exportaciones australianas a Estados Unidos suponen ingresos de 274 millones de dólares por la venta de acero y de 276 millones por las de aluminio.

Las proyecciones de la consultora Deloitte Access Economics la guerra global comercial recortaría en 5,000 millones de dólares los ingresos australianos e implicaría la pérdida de 20,000 puestos de trabajo.  

Shorten enfatizó que estos empleos deben protegerse
"Sabemos que no solo es lo que importamos a los Estados Unidos que puede ser afectado. Si todo este acero que viene de China, Vietnam, Europa, de otros lugares como la India, si esto no llega a los Estados Unidos buscará otro lugar y será importado a otro lugar. Ese es el problema, si el material no puede ir a los mercados estadounidenses, se viene acá. Quiero saber qué es lo que va a hacer Turnbull para proteger decenas de miles de empleos aquí", precisó Shorten.
Pero el legislador liberal Keith Pitt dijo a Sky News que el Gobierno de Turnbull trabajará en favor de los intereses australianos.
"Donald Trump hace lo que dice. No creo que esto sea una sorpresa. Pero sé que Steven Ciobo y el primer ministro y todos están trabajando muy seriamente con los Estados Unidos para asegurarse de que esto no nos afecte. Somos una nación comercial y para nosotros el comercio significa más trabajo. Estamos absolutamente centrados en asegurarnos en que no nos afecte esta guerra comercial en caso de que se inicie, y espero que no pase", remarcó.
El ministro australiano de Comercio, Steve Ciobo, firmará con sus homólogos de diez países el Acuerdo Transpacífico revisado tras la salida de Estados Unidos en una ceremonia el jueves en Chile.

Se prevé que guerra comercial en ciernes será discutida en las reuniones paralelas.

Pitt recalcó que Turnbull y los ministros del Gabinete están dispuestos a conversar.
“En este momento se trata de negociar con nuestros homólogos estadounidenses. Somos aliados muy fuertes desde hace décadas. Personas como Julie Bishop (la ministra de Exteriores) o Steve Ciobo, o el mismo primer ministro son negociadores muy fuertes. Espero que estén en el frente y en el centro de las conversaciones para asegurarse de que se protejan nuestros intereses”, comentó Pitt.

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Published 6 March 2018 10:23am
Updated 6 March 2018 11:26am
By Spanish Program
Source: AFP, SBS


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