La extrema derecha en Australia bajo vigilancia de las autoridades

Tras el ataque del 15 de marzo a dos mezquitas de la ciudad neozelandesa de Christchurch, que mató a 50 personas y que fue atribuido al australiano Brenton Tarrant, se abre una interrogante ¿qué pasa en Australia con los grupos de extrema derecha?

Reclaim Australia

The United Patriots Front and Reclaim Australia groups faced off with anti-racism at Parliament House in Melbourne, Saturday, July 18, 2015. Source: AAP

 

Las autoridades australianas ya han tenido bajo el radar a los grupos de extrema derecha, así como de la extrema izquierda, para evitar un potencial ataque como el ocurrido el 15 de marzo pasado en la ciudad de Christchurch, en donde una sola persona, presuntamente el australiano Brenton Tarrant, fue responsable de un ataque armado contra dos mezquitas que mató a 50 personas, entre ellos niños y adolescentes, y dejó heridas a otras 45.

En su informe anual del año 2017-18, la agencia de inteligencia doméstica de Australia, la ASIO, señaló que “si bien la amenaza de los ataques terroristas perpetrados por actores solitarios continúa, estas amenazas no solamente se refieren únicamente a los extremistas islámicos. Los individuos motivados por otras ideologías, como la extrema izquierda o derecha, estarían considerando un acto terrorista”.

Ya lo había advertido en septiembre de 2017 la legisladora laborista Anne Aly, una musulmana que es experta en contraterrorismo y radicalización quien comentó que el surgimiento de grupos supremacistas no debe sorprender y alertó que organizaciones secretas como Antipodean resistance, que realiza campamentos de radicalización, se están organizando mejor de cara a una guerra racial.

"Para que un acto terrorista suceda, solamente se necesita a una persona", dijo entonces Aly al advertir que incluso las actividades de bajo perfil suponen un peligro para Australia porque radicalizan a la gente joven.
Brenton Tarrant in court, charged with murder over the Christchurch mosque massacre.
Brenton Tarrant in court, charged with murder over the Christchurch mosque massacre. Source: AAP


Australia no ha sido ajena a la violencia de la extrema derecha. Durante las revueltas de Cronulla, en Sídney, en 2005, los grupos de extrema derecha alentaron a atacar a los jóvenes varones libaneses musulmanes en los barrios del oeste de la ciudad, y éstos fueron apoyados con entusiasmo por lugareños borrachos en los barrios costeros del sur.

Pero hasta ahora no ha sucedido nada de la magnitud de Christchurch.

Tarrant y los presuntos vínculos con las organizaciones australianas

Tras los ataques representantes de ASIO aparentemente se reunieron la semana pasada con representantes de la extrema derecha para discutir el ataque en Christchurch y los vínculos con Tarrant de estas organizaciones. Así lo confirmó el grupo de extrema derecha Lads Society, pero no lo hizo la ASIO.

El representante del grupo de extrema derecha Lads Society, Thomas Sewell, publicó el 20 de marzo pasado en un mensaje en Facebook que “ASIO ha pedido que el contexto y las discusiones se mantengan en privado”, al aclarar que sus miembros son australianos descendientes de europeos que quieren preservar su cultura y sus valores en este país, sin incitar a la violencia.

Aunque la organización señaló que “ASIO y los servicios del Estado le pidieron una visión sobre las motivaciones de Brenton Tarrant y cómo ayudarnos en que nuestra organización comunitaria legal pueda tener éxito y crecer en orden para prevenir un mayor aislamiento, radicalización y potencialmente cualquier tipo de violencia futura políticamente motivada”.

El diario Sydney Morning Herald publicó la semana pasada que el único incidente vinculado a la extrema derecha fue la Operación Fortaleza el 6 de agosto de 2016, cuando los aparentes preparativos de Philip Michael Galea, de 31 años, fueron desbaratados. Este residente de Melbourne fue acusado de “planear cometer un acto terrorista y recabar material en conexión a un acto terrorista”.
A supporter of the United Patriots Front holds an Australian flag on St Kilda beach in Melbourne,on 5/1/19.
A supporter of the United Patriots Front holds an Australian flag on St Kilda beach in Melbourne,on 5/1/19. Source: AAP
Galea, quien quería atacar varios centros como el Club Anarquista, el Centro de la Resistencia y el centro sindical Trades Hall, tenía vínculos con grupos extremistas como Combat 18 de Reino Unido y el United Patriots Front (Frente Unido de Patriotas de Australia).

Asimismo el rotativo reportó sobre un neonazi convicto, Michael james Holt, de 26 años, quien quería realizar un ataque armado masivo en un centro comercial de la Costa  Central de Nueva Gales del Sur, tenía varias armas.

Tres años antes de los ataques en Christchurch, Tarrant había elogiado al líder de la extrema derecha en Australia, Blair Cottrell, a quien le llamó “El emperador”, según una investigación reciente de la cadena local ABC sobre los antecedentes del exentrenador físico de Grafton, quien viajó a varios países, entre ellos España.

La ABC destapó una serie de comentarios que Tarrant realizó en las páginas, ya borradas, de los grupos de extrema derecha United Patriots Front (UPF) y los True Blue Crew (TBC), que dan pistas de esa primera etapa en que comienza a radicalizarse.

Right wing activist Blair Cottrell is seen talking to police on St Kilda foreshore in Melbourne, Saturday, January 5, 2019
Right wing activist Blair Cottrell is seen talking to police on St Kilda foreshore in Melbourne, Saturday, January 5, 2019 Source: AAP


Tras la masacre, las cuentas de Tarrant fueron borradas, dejando poca información sobre sus conexiones con grupos e individuos y solo quedan fragmentos e impresiones digitales de este hombre de 28 años profundamente vinculado a las ideas de la extrema derecha. Tarrant aseguró en su manifiesto, que publicó en las redes antes del ataque, que no era parte de un grupo, aunque los datos analizados por la ABC indican que era leal a varias organizaciones del país.

Si bien los datos específicos son oscuros, los primeros indicios lo vinculan con grupos de extrema derecha del país y una figura en particular: Blair Cottrell, el símbolo de la llamada resistencia blanca.

Cottrell emergió como figura pública en 2015 cuando se opuso a una mezquita en la ciudad de Bendigo, en el estado de Victoria, y representó una decapitación a las afueras del municipio local.

Antes de que borraran la cuenta de Facebook de su organización, ésta ya contaba con 120,000 seguidores y los datos de la ABC revelan que Tarrant era seguidor del UPF. En 2016 ya se mostraba que era un simpatizante vocal de Cottrell y que el presunto atacante de Chritschurch ya había hecho más de 30 comentarios en las páginas del UPF y el TBC en 10 meses.

La ABC da cuenta de una serie de mensajes de apoyo a Cottrell, quien asegura no haber conocido personalmente a Tarrant.

Un grupo secreto neonazi

En Australia, aunque los grupos de extrema derecha producen a menudo manifiestos, éstos no tienen ideologías y abrazan diversas formas de pensar y actitudes, que incluyen el neonazismo, el nacionalismo blanco, el anitsemitismo, la supremacía blanca, la homofobia, el neofaciscmo y la islamofobia, según un reciente artículo de la revista de análisis The Strategist.

En años recientes además han emergido varios grupos que combinan la actividad en las redes sociales con la actividad callejera intimidatoria, entre ellos Reclaim Australia, Rise Up Australia, the Australian Defence League, the United Patriots Front, True Blue Crew y Antipodean Resistance, así como grupos callejeros de blancos o “hooligangs” de extrema derecha que buscan peleas en las calles, según la revista The Strategist.
Members of the Antipodean Resistance stand with a Nazi solute.
Members of the Antipodean Resistance stand with a Nazi solute. Source: Facebook.
Antipodean Resistance (Resistencia de las Antípodas), creada en Melbourne en 2016 y que propaga en Australia mensajes de odio contra judíos, homosexuales e inmigrantes no blancos.

 "Somos los Hitler que esperabas", asegura en su portal la Antipodean Resistance (AR), que dice tener al menos 300 integrantes en toda Australia y que, además de su propaganda, realiza actividades de adoctrinamiento y camaradería en lugares boscosos del país.

Las agencias de la inteligencia australiana estarían siguiendo los pasos a la AR por sus presuntos vínculos con organizaciones terroristas extranjeras, aunque este grupo asegura que no ha cometido ningún acto de violencia ni tiene conexiones ni respalda el terrorismo.

 "Los miembros de estos grupos son diversos y tienen diferentes agendas, incluyendo ideologías de extrema derecha y de extrema izquierda", según un informe de la agencia de inteligencia ASIO al Parlamento australiano citado por los medios.


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Published 24 March 2019 3:46pm
Updated 25 March 2019 6:51am


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