Los documentos presupuestarios han revelado que no se incrementará el número de personas que podrán emigrar hacia Australia una vez que se reabran las fronteras internacionales en 2022, a pesar de que las previsiones de población predicen un segundo año de migración neta negativa desde el extranjero.
El límite de personas que pueden emigrar a Australia se mantendrá en 160.000 en 2021-22, ya que el Gobierno sigue centrándose en las solicitudes locales y en reducir el retraso en la obtención de visados de pareja. Estas medidas costarán casi $300 millones de dólares en cuatro años.
Las plazas para reunificación familiar e inmigración cualificada se mantendrán en los niveles de 2020-21, mientras que el programa humanitario también seguirá teniendo un tope de 13.750 plazas al año.
Puntos destacados:
- Se espera que las fronteras internacionales permanezcan cerradas hasta mediados de 2022.
- No hay cambios en los niveles de planificación de la migración de Australia.
- Se prevé que la migración neta desde el extranjero a Australia se mantenga en niveles negativos a lo largo de 2021-22.
El año pasado, la migración neta en Australia se desplomó hasta niveles negativos por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, debido a las prohibiciones de viaje y los cierres fronterizos generalizados por el COVID-19. Las estimaciones sugieren que se tardará, al menos, otros dos años en volver a los niveles anteriores a la pandemia.
Al presentar su tercer presupuesto como Tesorero, Josh Frydenberg reveló que se espera que el retorno gradual de los migrantes permanentes y temporales se produzca a partir de mediados de 2022, unos seis meses más tarde que la hipótesis en la que se basaba el presupuesto federal anterior.
Frydenberg había señalado previamente en una entrevista con SBS News que la prohibición de viajar no se levantaría a finales de año, pero no había revelado hasta qué fecha de 2022 era probable que se reabrieran las fronteras.
"Es difícil hacer suposiciones como estas en medio de una pandemia, por lo que son, por definición, imprecisas", dijo Frydenberg a los periodistas en Camberra, subrayando que el calendario del presupuesto no significa que el gobierno haya tomado una decisión sobre a quién podría abrir sus fronteras.
El Gobierno también aprovechó el presupuesto para señalar los planes de retorno gradual de algunos estudiantes internacionales a Australia a partir de finales de 2021.
El ministro de Finanzas, Simon Birmingham, dijo que al gobierno le gustaría que las fronteras internacionales se reabrieran "tan pronto como sea posible, pero no antes de que sea seguro hacerlo".
Este supuesto retraso en la reapertura de las fronteras internacionales significa que la migración neta desde el extranjero seguirá siendo inferior a lo previsto anteriormente, con una pérdida neta de más de 77.000 personas prevista para el ejercicio 2021-22.
Las cifras de la migración neta de Australia y desde el extranjero miden el número de personas que entran en Australia y se quedan más de 12 meses, en comparación con el número de personas que abandonan el país durante el mismo periodo.
La migración desde el extranjero suele representar casi dos tercios del crecimiento de la población australiana, pero las previsiones presupuestarias sugieren que esta no volverá a ser positiva hasta 2022-23.
Podría pasar otro año más hasta que la migración al extranjero alcance los niveles prepandémicos de más de 200.000 personas por año.
El gobierno esperaba reabrir las fronteras a finales de 2021, después de que se cerraran de golpe a todos los ciudadanos australianos, a los residentes permanentes y a sus familiares cercanos al principio de la pandemia.
Los expertos han dicho anteriormente que las fronteras no podrán abrirse hasta que la mayoría de los australianos hayan recibido la vacuna COVID-19. Una de las principales hipótesis del presupuesto es que el programa de vacunación para toda la población entrará en sus fases finales para los últimos meses de 2021.
"Siendo realistas, probablemente no vamos a recuperar la migración hasta que tengamos un programa de vacunación decente y un programa de cuarentena seguro", dijo la economista del CEDA, Gabriela D'Souza, a SBS News la semana pasada, añadiendo que los migrantes eran fundamentales para reparar la economía.
"Los inmigrantes son más jóvenes, trabajan durante más tiempo, por lo que aportan más a los ingresos fiscales, y lo que sacan en pagos, lo añaden a nuestros balances fiscales", dijo D'Souza.
El presupuesto del martes reveló un déficit de $161.000 millones de dólares para este ejercicio, lo que supone una mejora de $52.700 millones respecto a las previsiones del año pasado.