Varios grupos de defensa de la educación sexual han renovado sus pedidos para que se muestre literatura pornográfica en las escuelas como parte de una reforma de la enseñanza de la educación sexual que se imparte a los niños y jóvenes en Australia.
Desde que se realizó en 2016 una investigación sobre el impacto del acceso a la pornografía a través de internet en los menores, muy pocas cosas han cambiado en el programa educativo para abordar los potenciales impactos en la vida de estos niños y adolescentes, según el programa The Feed de SBS.
Maree Crabbe, directora del Proyecto de Realidad y Riesgos, quiere que la pornografía sea una prioridad en las escuelas. Ella cree que la pornografía está moldeando la manera como la gente piensa, tiene sexo y se relaciona, algo que a su parecer no es saludable.
“Hay una asociación entre el consume de pornografía y las actitudes o conductas agresivas hacia las mujeres”, argumenta Crabbe, quien precisa que los jóvenes “deben entender que la pornografía no es realista. Los protagonistas son actores que han sido pagados para hacer cosas que la gente no hace normalmente, en particular aquellas que a las mujeres 'no les gusta’”.
Source: The Feed
El estado de Victoria implementó en las escuelas de su jurisdicción el programa “Relaciones respetuosas”, que incluye algunas referencias a la pornografía, como parte de las recomendaciones de la Comisión Real de Victoria sobre la Violencia Doméstica. Pero este programa no se da a nivel nacional.
La educación sexual no es parte de un programa nacional, el contenido de este curso es determinado por cada estado y territorio. Esto supone grandes diferencias respecto a cómo se enseña la educación sexual.Liz Walker se quedó impactada al ver pornografía a la edad de seis años. En la actualidad se dedica a prevenir que otros niños tengan la misma experiencia diseñando herramientas educativas para las escuelas que ayuden a hacer frente a la pornografía.
Source: The Feed
"Hemos tenido un aumento de cuatro veces de abusos sexuales de niño a niño en los últimos diez años”, explica Walker, quien cree que la pornografía juega un papel importante en este incremento de violencia.
“Necesitamos dar educación sexual desde la perspectiva de la protección del niño, de la violencia contra la mujer y el impacto en la salud pública y esto no se está haciendo a conciencia”, comentó.
En el caso de las niñas que crecen se da un dilema entre el placer y la vergüenza y el problema puede generarse cuando se equiparan ambos, alerta Eva Sless, autora de un libro para adolescentes, quien precisa que esto “crea una gran confusión en sus cabezas”.
“Ellas se sienten atemorizadas de hablar con su mama o papa o en la escuela porque se les ha dicho que eso es malo, es vergonzoso y sucio”, explicó Sless al comentar que de ese modo las niñas se encierran en sí mismas y se sienten confundidas sobre el sexo, lo que debe ser y buscan sus respuestas en internet.
Source: The Feed
Eva quiere que se de un paso radical y que se utilice la pornografía como una herramienta en las escuelas.
“Ellos necesitan olvidarse de toda la basura preconcebida que acompaña la educación sexual y entender que algo no funciona y no ha funcionado en el pasado y necesitamos tener un nuevo enfoque de cómo hablar a los jóvenes de sexo”, dijo Sless, al insistir en que su propuesta no significa de ninguna manera mostrar pornografía dura.
Pero los detractores de la propuesta prefieren que no se enseñe educación sexual en las escuelas. Anne-Marie, con dos hijos y residente de Queensland, en donde esta materia no es obligatoria, prefiere que se mantenga de ese modo.
Ella le enseña a sus hijos educación sexual desde temprana edad y ha introducido los conceptos de forma lenta y gradual para abrir las líneas de comunicación con sus hijos.
“No es algo bueno en internet”, dice Marcus, al explicar qué hacer si ve algo inapropiado. Hay que aplicar LID, explica, un acrónimo de “Look” away, “Identify” it and “Do” something else, que en español quiere decir, mira para otro lado, identifica correctamente y haz otra cosa.