La oficina del primer ministro australiano, Scott Morrison, confirmó la conversación con el presidente estadounidense, Donald Trump, sin dar más detalles. En el diálogo Trump le pidió ayuda en las investigaciones sobre la supuesta interferencia rusa en la campaña electoral de 2016 en Estados Unidos.
"El gobierno australiano siempre ha estado dispuesto a ayudar y cooperar con los esfuerzos que ayuden a esclarecer asuntos que son investigados. El primer ministro confirmó esta disposición una vez más en una conversación con el Presidente", dijo una portavoz de Morrison.
El New York Times, citando a dos funcionarios estadounidenses sin identificarlos, dijo que el pedido se registró durante una conversación telefónica reciente entre Trump y el líder australiano, Scott Morrison.
El Times señaló que la Casa Blanca restringió el acceso a la transcripción de la llamada, de una manera similar a lo que Trump hizo con una polémica llamada reciente al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.
La comunicación, durante la cual Trump pidió a Zelensky que investigara a Joe Biden, su potencial rival para las elecciones de 2020, ha llevado a la apertura de un juicio de deasfuero en la Cámara de Representantes (Baja) liderada por los demócratas.
El Departamento de Justicia está llevando a cabo una pesquisa sobre los orígenes de la indagatoria del fiscal especial Robert Mueller, que investigó la interferencia rusa en la elección presidencial de 2016, a la cual Trump ha denunciado repetidamente como una "cacería de brujas".
Según el Times, Trump llamó a Morrison para solicitar su ayuda en la revisión que hace el Departamento de Justicia de Estados Unidos, sobre los orígenes de la investigación Mueller y le pidió que hablara con Barr.
La investigación original del FBI sobre la interferencia rusa en la elección presidencial de 2016 fue lanzada después de que la oficina recibió información de funcionarios australianos, dijo el Times.
Mueller asumió la investigación sobre la presunta interferencia rusa y sobre si la campaña triunfal de Trump conspiró junto con Moscú, después de que el presidente despidió al entonces director del FBI, James Comey.