El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, retornará a Australia, tras su gira por Estados Unidos, a conducir el país con Barnaby Joyce y Tony Abbott, antiguos líderes del Partido Nacional y Liberal, respectivamente, en los escaños traseros y en un ambiente político en que el Partido Laborista espera un espectáculo por la cantidad de críticas que se esperan por parte de estas dos fuertes figuras.
“Van a ser como Statler y Waldrof del Show de los Muppet, los mayores críticos del Gobierno, intentando derribar al gobierno y a Malcolm Turnbull”, dijo uno de los portavoces del Partido Laborista, Jason Clare a la cadena local ABC.
Joyce dimitirá el lunes a su puesto como líder del Partido Nacional, y por ende al de primer ministro, a raíz de una acusación de acoso sexual que se sumó al descontento generado por el aparente uso indebido de recursos públicos tras iniciar un romance con su exasesora de prensa Vikki Campion.
Joyce, considerado una de las estrellas más importantes del Partido Nacional, aclaró que, además de escribir un libro, se mantendrá en su cargo como legislador de New England.
Si bien Joyce aseguró que no se convertirá en el azote de su formación política ni del Gobierno, el Partido Laborista espera que siga el ejemplo de Abbott, quien prometió lo mismo cuando perdió el liderazgo del Partido Liberal y tuvo que ceder el puesto de primer ministro a Malcolm Turnbull, en 2015.
Desde entonces Abbott ha sido una piedra en el zapato del Gobierno dado que ha expresado opiniones contrarias o polémicas en varios asuntos, el último de ellos fue la propuesta para reducir en 80.000 la cuota anual de inmigrantes permanentes que llegan a Australia.
Pero el legislador Nacional Darren Chester, quien salió del Gabinete en la última recomposición por sugerencia de Joyce, cree que el exviceprimer ministro mantendrá su palabra en un contexto además que otros de sus compañeros como el controvertido George Christensen exigen que se disuelva la histórica unión de los dos partidos que permiten un Gobierno de coalición.
“Conozco a Barnaby por diez años. Sé que es una persona que juega en equipo y quiere que el sector regional salga adelante”, precisó Chester al canal 9.
Todo está aún por decirse y lo que está claro es que mañana se espera la elección del sucesor de Joyce y se sabe por el momento es que el cargo interino de titular de Infraestructura y Transporte lo ocupará John McVeigh, del Partido Nacional.
Los candidatos son Michael McCormack, actual titular de Asuntos Veteranos; David Gillespie, ministro asistente para la Infancia y las Familias; David Littleproud, titular de Agricultura.
La crisis de Joyce ha pasado factura al Gobierno ya que según una encuesta de Sky news y Reach Tel ha motivado que la coalición retroceda un punto porcentual hasta el 33 por ciento en las intenciones de voto, mientras que los laboristas avanzaron otro hasta el 37 por ciento.
En las preferencias con base en dos partidos el Gobierno tiene 46 por ciento y los laboristas 54 por ciento.
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