Para muchos inmigrantes que acaban de ser padres, estar separados de sus familiares en el extranjero les ha dificultado la vuelta al trabajo.
Debido a la prohibición de viajar del COVID-19, sólo se permite la entrada en Australia a los familiares directos de un ciudadano australiano o de un residente permanente. Sin embargo, los padres de los hijos adultos no se consideran "familia inmediata".
Para muchas familias, el coste del cuidado de los niños es demasiado elevado y algunos residentes en Australia no tienen derecho a ninguna subvención, lo que convierte a la familia extensa en un salvavidas para los padres inmigrantes que esperan volver a trabajar.
Además, los padres que trabajan en diferentes horarios pueden tener dificultades para encontrar una guardería adecuada. Para algunos, las consideraciones culturales les impiden aceptar las opciones formales de educación infantil.
La normativa australiana en materia de inmigración define la "familia inmediata" como el cónyuge o la pareja de hecho, el hijo a cargo y el tutor legal.
Cientos de familias en la misma situación protestaron recientemente en todo el país.
Su campaña para el cambio también ha atraído más de 11.000 firmas en una petición, que fue presentada al Parlamento Federal por la diputada liberal Celia Hammond en noviembre.
En respuesta a la petición, un portavoz del Ministerio del Interior dijo a SBS News: "El gobierno reconoce las dificultades con respecto a las familias extensas que buscan reunirse, sin embargo, actualmente no hay planes para incluir a los padres en la definición de familia inmediata a los efectos de las exenciones de viaje."
El agente migratorio en Sidney, Miguel Mudbidri, explica las implicaciones de esta desición.
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