El domingo 19 de diciembre Chile volverá a las urnas para elegir en segunda vuelta al presidente que guiará los destinos de la nación por los próximos cuatro años. Gabriel Boric, representante de la coalición Apruebo Dignidad de tendencia izquierdista, y José Antonio Kast, derechista y líder del Partido Republicano, pelean voto a voto el liderazgo del país en una de las elecciones más reñidas del último tiempo.
Ambos candidatos, situados en los extremos del espectro político, no lograron sacarse gran ventaja en la primera vuelta presidencial. Kast derrotó a Boric por 27,91% contra 25,83% de los votos. Sin embargo, otros tres candidatos consiguieron más del 10% de la votación popular. Esos sufragios, sumados a los votos de quienes no acudieron a votar en la primera vuelta, valen ahora oro para los dos candidatos que permanecen en carrera.
En las últimas elecciones del 21 de noviembre, en la que también se renovó el parlamento, se votaron alcaldes y consejeros regionales, solo acudió a votar el 47,34% de los ciudadanos habilitados.
Puntos destacados:
- El 19 de diciembre se votará en segunda vuelta por el próximo presidente de Chile. Los candidatos son el izquierdista Gabriel Boric y el derechista José Antonio Kast.
- Kast venció en primera vuelta con 27,9% de los votos contra el 25,83% de Boric.
- En Australia podrán votar todos los chilenos habilitados en las mesas de Camberra, Sídney, Melbourne y Perth.
Los chilenos tendrán que elegir el domingo entre dos candidatos con visiones opuestas sobre el futuro y el pasado de Chile, y lejanos a los grandes partidos protagonistas de la transición. Mientras Boric desea establecer reformas para ampliar los derechos sociales y la inclusión, y para ello apunta a un mayor gasto fiscal, Kast apela, en cambio, a reestablecer el orden y la estabilidad, además promete bajar las cargas impositivas para atraer más inversión al país.
Unas elecciones atípicas
Acudir a las urnas para sufragar se ha vuelto una costumbre en Chile en estos últimos 15 meses, ya que, si consideramos las primarias presidenciales, se han organizado cinco elecciones en este breve período de tiempo.
El llamado a las urnas para votar en el plebiscito constitucional no solo fue el puntapié inicial a esta vorágine electoral, sino que también sirvió como una suerte de vía de escape política, consensuada entre la mayoría de los partidos políticos, para encausar la crisis general que generó el denominado “estallido social” del 18 de octubre de 2019.
Las protestas masivas, los cientos de heridos y las decenas de muertos, la destrucción de importante infraestructura, los cuestionamientos a los políticos y otras instituciones, como la policía y el poder judicial, los llamados a la paz y a la movilización, la sensación de estar en un período fundacional, de caos o de inflexión para el país sudamericano, confluyen ahora en esta elección en donde nadie se atreve a predecir un resultado y ambos candidatos luchan voto a voto una presidencia histórica que pondría fin a las tres décadas de transición desde el término del gobierno dictatorial de Augusto Pinochet.
Para Roberto Munita, analista político chileno, esta elección es demasiado ajustada como para adelantar triunfadores o derrotados.
"La verdad es que están súper parejas las candidaturas. Yo no tengo otro recuerdo desde el retorno de la democracia al menos, en el año 90, en que haya habido una campaña de segunda vuelta tan pareja y tan poco predecible como la que estamos viendo".
"Hoy no hay ningún candidato que tenga ventaja", dice Munita a SBS Spanish.
Marcelo Santos, Doctor en Comunicación Política, tiene una opinión similar a Munita y dice que en esta elección tan ajustada el triunfo de uno u otro será por un margen muy estrecho.
"Yo la veo súper apretada. Yo no arriesgaría a decir quién gana, pero si tuviera que arriesgar, creo que Kast gana porque pasó la primera vuelta con mucha ventaja".
"Las encuestas han sido dubitativas, pero las que tuvieron mejor resultado en primera vuelta apuntan a Kast ganando por 5% de ventaja. Yo no creo que haya más de 3 o 4 puntos de diferencia en el resultado final", concluye el analista.
Santos cree, sin embargo, que la campaña de segunda vuelta de Boric ha movilizado a más gente que la de Kast.
"He visto mucho despliegue y gente movilizada con Boric. No veo lo mismo con Kast, es como el mal menor para algunos de sus votantes".
La disputada lucha por la presidencia tiene esta vez más de un componente novedoso que no se había dado en las elecciones chilenas del último tiempo. Una de estas novedades es representada por los triunfos pírricos obtenidos en primera vuelta por ambos candidatos, ya que, ni Kast ni Boric lograron mayorías significativas que los situaran en una posición cómoda para mantener sus posturas y programas inalterados.
La necesidad de conseguir votos fuera de sus domicilios políticos para vencer la elección, sumado a la toma de conciencia de que ninguno de los dos candidatos gobernará con un parlamento favorable y que, además, deberán convivir, al menos en la primera parte de su gobierno, con una Convención que redacta la nueva Constitución, han empujado tanto a Kast como a Boric a transformar sus programas de gobierno y morigerar sus posturas y promesas.
Marcelo Santos cree que la fragmentación del parlamento chileno luego de la última elección impedirá llevar adelante reformas radicales.
"El congreso efectivamente quedó muy fragmentado y dividido. Lo que ciertamente es un alivio para la derecha que está asustada con Boric y para la izquierda que está asustada con Kast".
"Lo más probable es que se genere un clima de inmovilidad para reformas un poco más radicales. Entonces el programa de Boric quedó comprometido y el de Kast también", dice Santos.
Tal vez no fue el triunfo de Kast y Boric en la primera vuelta presidencial lo que más llamó la atención del país, sino que fue, más bien, el tercer lugar del candidato Franco Parisi que logró un 12,8% de los votos. Sorprendió la alta adhesión a un candidato considerado como un outsider que, además, no pisó suelo chileno durante toda la campaña presidencial. Sus detractores lo acusan de querer evadir una demanda y orden de arraigo por no pago de pensión alimenticia de sus hijos, mientras que sus seguidores acusan persecución política y una campaña de desprestigio.
El 12,8% de Parisi, más el 12,79% del derechista Sebastián Sichel y el 11,61% de la demócrata cristiana Yasna Provoste, conseguidos en primera vuelta, sumado al gran porcentaje de personas que no acudieron a votar, son el bolsón de votos que Boric y Kast quieren conquistar para vencer finalmente la presidencia.
The candidate for the Broad Front, Gabriel Boric participates in the presidential debate in Santiago, Chile, 13 December 2021. EPA/ELVIS GONZALEZ Source: EFE
Gabriel Boric: el exdirigente estudiantil que quiere fortalecer el estado de bienestar
Gabriel Boric es un exdirigente estudiantil de 35 años que aspira a convertirse en el presidente más joven de la historia de Chile.
El candidato de izquierda representa a la coalición Apruebo Dignidad, una alianza entre el conglomerado de partidos que componen el Frente Amplio (entre los que se encuentran su propio partido Convergencia Social) junto al Partido Comunista.
Boric entró a la arena política y se hizo conocido públicamente hace casi una década gracias a su rol como dirigente estudiantil en las protestas que exigían una educación gratuita y de calidad.
Elegido como diputado dos veces por la región austral de Magallanes, Boric siempre se ha mostrado crítico con los gobiernos de la transición, enfatizando su decepción por el rol de los partidos de izquierda y su reformismo “tibio” que no lograron solucionar los problemas más importantes de la gente. A pesar de ello, el actual diputado fue uno de los protagonistas del acuerdo que dio pie a la Convención Constituyente, lo que le valió duras críticas de parte de los sectores más radicales de la izquierda que vieron su postura como una traición a las movilizaciones populares.
Boric se presentó a candidato presidencial como una alternativa a los dos bloques tradicionales. A pesar de que se esperaba que fuera derrotado en las primarias por el candidato del Partido Comunista, Daniel Jadue, Boric ganó con contundencia su derecho a participar de la elección presidencial.
El candidato de origen croata ha sido protagonista de una que otra polémica durante su carrera política, a las que ha tenido que responder con disculpas públicas y arrepentimiento, como la vez que vistió una camiseta con el rostro ensangrentado del exsenador y figura del régimen de Pinochet, Jaime Guzmán, asesinado por militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) en 1991. Mientras que la otra polémica sucedió al hacerse público un encuentro secreto en París en 2018 entre Boric y Ricardo Palma Salamanca, ex miembro del FPMR, condenado, justamente, por el asesinato de Guzmán.
Las líneas fundamentales del programa de gobierno de Boric son: acceso universal y garantizado a la salud, un nuevo sistema de pensiones que acabe con las polémicas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), un sistema educativo público y de calidad, y todas estas medidas promovidas desde un gobierno respetuoso del medio ambiente, inclusivo y feminista.
Este programa requiere de un importante gasto fiscal, por lo que Boric y sus aliados pretenden aumentar la recaudación del fisco gracias a una reforma impositiva, la eliminación de exenciones tributarias, un royalty a la minería, entre otras medidas.
Sus críticos dicen que su programa traerá inestabilidad económica y espantará a la inversión privada, tanto nacional como extranjera. Además, se le acusa de no poseer ni la experiencia ni el manejo político para llevar adelante las grandes reformas que desea instalar. Sin embargo, Boric ha salido al paso de estas críticas señalando que está dispuesto a escuchar y trabajar con quienes deseen lo mejor para el país.
“Tenemos el deber de llegar a grandes acuerdos en temas que le importan a los chilenos”.
"La decisión que enfrentaremos el 19 de diciembre es una sola, o avanzamos hacia un Chile más inclusivo, más generoso, más preocupado de los suyos sin que nadie se quede atrás, o seguimos en la lógica del rechazo, de la exclusión y de los privilegios contra los cuales Chile se levantó", dijo Boric en un encuentro con sus seguidores.
Otra de las grandes dificultades que afronta el candidato Boric es producto de su alianza con el Partido Comunista, conglomerado que genera gran adhesión entre sus seguidores, pero también rechazo en una parte importante del país, que teme que Chile siga los controvertidos caminos de países como Venezuela, Cuba o Nicaragua.
En los últimos días y, con la intención de captar los votos más centristas, Boric y su equipo han modificado algunas de sus posturas iniciales como, por ejemplo, la confirmación de que las cotizaciones individuales para la jubilación serán heredables, se ajustó a la baja la recaudación fiscal a través de reformas tributarias, se enfatizó más en temas de orden y seguridad y se obró un acercamiento a figuras emblemáticas de la Concertación, conglomerado que fue protagonista de la política post Pinochet.
"Tengo absolutamente claro que la estabilidad hoy día implica cambios, cambios con gradualidad. Avanzar escalón a escalón para no desbarrancarse. Pero lo que no podemos hacer es seguir igual", señaló Boric apelando a la sed de cambios que muchos chilenos esperan con ansias, sobre todo después del estallido social.
The candidate for the Republican Party, Jose Antonio Kast, participates in the presidential debate in Chile, 13 December 2021. EPA/ELVIS GONZALEZ Source: EFE
José Antonio Kast: conservador en lo valórico y liberal en lo económico
José Antonio Kast es diputado al igual que Gabriel Boric, pero a diferencia del candidato izquierdista, Kast cuenta con mayor experiencia en el mundo político chileno, y esa es una de las bazas que el aspirante conservador se juega para mostrar al país una mayor capacidad de gobernanza que la que posee su rival.
Esta no es la primera aventura de Kast como candidato a la presidencia, pues ya había postulado en 2017 obteniendo el cuarto lugar en esas elecciones con 8% de los votos.
Kast fue una figura importante del partido derechista Unión Demócrata Independiente (UDI) durante muchos años, sin embargo, en 2016 decidió dejar esa tienda política para fundar su propio movimiento, apelando a un electorado más duro y radical que se sentía abandonado por los grandes partidos de derecha que renegaban del legado del régimen de Augusto Pinochet que el mismo Kast ha recogido con mayor o menor convicción durante esta última campaña.
Kast se define como un candidato que defiende la protección de la vida humana, el matrimonio, la familia y la libertad religiosa, y los ejes de su programa se basan en la seguridad, el orden, la ampliación de una economía liberal y el atajo a la migración irregular.
Uno de los puntos más polémicos del programa del candidato de origen alemán se refiere a la forma de contener a la inmigración irregular. Kast ha propuesto cavar una zanja en la frontera norte de Chile (colindante con Perú y Bolivia) para controlar la entrada de inmigrantes.
"La zanja es una de las medidas que evita el contrabando, el narcotráfico y el enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y los migrantes", dijo Kast defendiendo su propuesta, la que algunos de sus rivales caricaturizan comparándola con el muro de Donald Trump.
En temas como la lucha contra la violencia, como por ejemplo la que se vive en la sureña zona de La Araucanía entre grupos pro mapuche y el estado, el candidato derechista es partidario de que en la persecución de delitos, que él califica como terroristas, se utilicen agentes encubiertos.
En cuanto a las pensiones, el candidato es partidario de mantener el actual sistema de ahorro individual y mejorar las pensiones postergando la edad de jubilación.
En lo económico, su programa pretende darle al mercado más libertad de acción y reducir en lo posible la participación del estado en la economía.
Muchos de sus detractores rechazan su programa por, entre otras cosas, su relativización del cambio climático o su postura distante de los derechos de las mujeres y las minorías, pero también lo acusan de ser un admirador del régimen dictatorial de Augusto Pinochet y de relativizar las violaciones a los derechos humanos cometidas en ese gobierno.
En una visita en 2017 a la cárcel de Punta Peuco, donde permanecen encarcelados los condenados por crímenes de lesa humanidad de la dictadura de Pinochet, Kast se había mostrado a favor de un indulto para quienes hayan cumplido parte de su condena y tengan una edad avanzada. Este tipo de acciones han generado críticas de sus detractores.
"Pinochet votaría por mí, es evidente", ha llegado a decir Kast quien, sin embargo, a medida que se acerca la segunda vuelta presidencial, ha suavizado su discurso afirmando que no respalda las violaciones a los derechos humanos.
José Antonio Kast, un candidato ligado al movimiento católico Schoensttat, que está casado y tiene nueve hijos, ha intentado alejarse de los más radicales de sus adherentes para conquistar al electorado más moderado. Una de sus banderas de lucha que más adhesión genera entre sus seguidores es el combate contra el comunismo.
“No queremos la ruta que nos lleva a ser Venezuela y Cuba” o “libertad y democracia frente al comunismo”, son algunos de los eslóganes que utiliza Kast para intentar conquistar La Moneda el domingo 19 de diciembre.
Los votantes en Australia y el futuro de Chile
La primera vuelta presidencial mostró un resultado diferente en Australia a lo que sucedió en el país sudamericano. En los centros habilitados en las ciudades de Sídney, Melbourne, Camberra y Perth, el candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, se impuso al del Partido Republicano, José Antonio Kast.
Con aproximadamente cinco mil chilenos habilitados para votar en el país oceánico, el día 21 de noviembre Boric logró 622 votos (52%), Kast 247 (21%), Sichel 139 (12%), Parisi 60 (5%), Provoste 54 (4,5%), Enriquez Ominami 36 (3%) y Artés 28 (2,3%).
El ciudadano chileno y australiano, Felipe Kovacic, tiene claro a su candidato y así lo reafirmará con su voto el próximo domingo 19 en la mesa de Sídney.
"Mi candidato es José Antonio Kast. Voy a votar por él porque es el mejor candidato para el futuro de Chile, un futuro en libertad, para el progreso del país en orden".
Kovacic se identifica con los valores y principios de Kast, pero también teme lo que podría pasar en Chile si es que un gobierno de Boric y sus aliados comunistas gobiernan el país.
"Si uno mira a las dos opciones son claramente contrastantes. Y yo me identifico con los valores y principios que representa Kast. Pero también contraponerse a lo que es la potencial alternativa, que Chile puede convertirse en otro ejemplo de Venezuela, Cuba y de otros estados fallidos que retroceden en vez de avanzar", dijo Kovacic a SBS Spanish.
Gioconda Vatky, miembro del grupo de apoyo a Gabriel Boric en Australia, votará, justamente por el candidato de Apruebo Dignidad en la mesa de Melbourne, principalmente porque ella considera que Boric defiende la inclusión, la justicia, la lucha feminista y el bienestar de todos los chilenos.
"Gabriel Boric es el candidato por el cual voy a votar y me gustaría que la gran mayoría de los chilenos votaran por él. Su programa es bien innovador, amplio, y en mi opinión justo, equitativo, inclusivo e igualitario".
"Hay algo malo en el ambiente, algo malo en la sociedad, hay una desigualdad muy profunda, y esto lo ha traído el modelo neoliberal que existe en Chile y en otros países, y yo creo que es el momento en que Chile debe parar ese modelo. Boric representa eso, la esperanza de deshacer ese modelo económico en que todo lo que vale es solamente ganancias y negocios. La humanidad no tiene representación y no vale nada".
Vatky, quien lleva décadas viviendo en Australia, cree que esta es una elección fundamental para el futuro de Chile, por lo que convoca a todos los chilenos residentes a emitir su sufragio.
"Yo creo que ahora es muy relevante, importante, ir a votar. No hay que quedarse en la casa, hay que participar de este proceso que es un proceso histórico importante en la vida de Chile", dijo Vatky a SBS Spanish.
Todos los chilenos que cuentan con domicilio electoral en el extranjero podrán votar en la segunda votación de la Elección Presidencial del 19 de diciembre.
En el día de la elección, el horario de las mesas receptoras de sufragios en Australia será de 8:00 a 18:00 horas.
En Australia se podrá votar en las mesas habilitadas de las ciudades de Camberra, Sídney, Melbourne y Perth.