A medida que miles de estudiantes de educación básica regresan a las aulas en octubre, tras meses de estudio remoto en línea, los expertos en educación están ávidos por analizar los efectos que tuvo el confinamiento en la salud mental de los alumnos, y cómo el aprendizaje a distancia incidió en la adquisición de conocimiento de los escolares.
La experta en economía de la educación de la Universidad de Sídney, Marian Vidal-Fernández, afirma que si bien no hay aún reportes sobre el tema en Australia, se puede tomar como referencia lo analizado en Holanda, donde se reportó hasta un 60 por ciento de diferencia de conocimientos académicos entre los estudiantes con mayor acceso a la educación y los menos aventajados, por la pandemia.
Puntos destacados:
- La desventaja de conocimientos entre los alumnos con acceso a los recursos y herramientas para facilitar el aprendizaje remoto (acceso a laptops, apps, una conexión de internet estable, y supervisión) y aquellos de sectores socioeconómicos menos pudientes, podrían superar el 50 por ciento.
- La dinámicas, recursos y estilos de vida de cada familia jugaron un papel fundamental para el desempeño académico de los estudiantes que tuvieron que irse a casa debido a los confinamientos.
- En los últimos meses se registró un aumento en las inscripciones a los programas de educación en el hogar, entre niveles socioeconómicos más pudientes.
En entrevista con SBS Spanish, Vidal-Fernández señaló que las diferencias en cuanto a la adquisición de conocimiento comienza desde el apoyo y recursos educacionales que cada estudiante tuvo en casa.
Los niños con mayores ventajas económicas tuvieron más acceso a la tecnología, a una conexión de internet y sobre todo, es probable que tuvieran más la atención de sus cuidadores, en comparación con los estudiantes con situaciones económicas en desventaja.
“Tener a alguien que esté allí contigo, ayudándote a hacer las tareas. Saber si el niño está haciendo lo que toca o lo que no. Creo que cuando salgan los resultados del Naplan, yo esperaría que pasase lo que ha pasado en otros países. Por ejemplo, en Holanda la pérdida en cuanto a conocimientos escolares es de hasta el 60 por ciento”, explicó.
Sin embargo, la experta aclaró que las pruebas de Naplan no reflejen otro factor crucial, como son los estragos psicológicos que ha dejado la pandemia en los estudiantes.
“Por ejemplo, los niños que no tienen un buen ambiente familiar en casa y tuvieron que estar todo ese tiempo ahí, en situación de violencia doméstica. Eso no se mide con test, así que ya veremos cuando las cosas las podamos empezar a medir”, puntualizó la experta.
No mezclar peras con manzanas
Para tener una mejor fotografía sobre cómo la pandemia ha afectado a los estudiantes australianos en su desempeño académico, Vidal-Fernández aconseja evaluar por separado a aquellos que enfrentaron largos confinamientos y aquellos que viven en ciudades medianas o regiones donde los confinamientos fueron escasos o inexistentes.
La experta en economía de la educación apuntó que es importante usar esas variaciones para evaluar las diferentes políticas de confinamiento que implementaron los estados y territorios australianos.
“(Hay que comparar) un área confinada con otra que tenga una población más o menos parecida y no haya estado confinada durante el mismo tiempo. Eso nos permitirá medir cuáles son los efectos reales del confinamiento en los niños. Es como tener una población de experimento y otra de control”.
En ese sentido, las variables a evaluar incluyen los tiempos que duraron los confinamientos, la densidad poblacional de la ciudad, el acceso a recursos y el nivel sociocultural, entre otros factores.
“No podemos comparar manzanas con peras. Tenemos que comprar manzanas con manzanas, que sean lo más parecido posible porque si no, las diferencias que vamos a observar, no van a ser debidas necesariamente al confinamiento, sino a las diferencias iniciales que hay entre estos dos barrios y en la forma que tienen ambos barrios de lidiar con el confinamiento también”.
Aumento en las inscripciones a la educación en el hogar durante la pandemia
A pesar de que muchos padres se quejaron del aprendizaje en casa, muchos otros quedaron tan complacidos con la experiencia, que decidieron sacar a sus hijos de la escuela tradicional e inscribirlos en el programa de aprendizaje desde casa o en programas de educación alternativa.
Según estadísticas de la Asociación de Educación en Casa, publicadas por la cadena ABC, el registro de educación en el hogar para Nueva Gales del Sur y Victoria muestran que en ambos estados las inscripciones en programas de educación a distancia aumentaron en casi un 20 por ciento desde fines de 2019 hasta fines de 2020.
En Australia Occidental unos 800 niños más están fueron educados en el hogar en 2020 que en 2019. En Tasmania, las inscripciones aumentaron en un nueve por ciento en el mismo período.
Sin embargo, el estado con el mayor aumento en las inscripciones a la educación en el hogar es Queensland, que aumentó un 46 por ciento desde agosto de 2019 hasta el 31 de julio de este año.
“Puede haber dos teorías por las cuales la gente está decidiendo quedarse con los niños en casa y ambas identifican otra vez a la persona que tiene los recursos y los medios para poder escolarizar a sus hijos en casa", explica Vidal-Fernández.
“Es decir, tiene que haber alguien que cuide de los niños, que los ayude a seguir el currículum establecido por el Departamento de Educación. Estamos otra vez con lo mismo: van a ser las personas que tienen los recursos tanto económicos, como de tiempo. Normalmente suelen ser las madres”.
La otra teoría, de acuerdo con la especialista, es que hay gente que tiene miedo de llevar a los sus hijos al colegio por temor a un contagio.
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