Cuando el sexo y la política colisionan en Canberra

Australian Deputy Prime Minister Barnaby Joyce

Australian Deputy Prime Minister Barnaby Joyce arrives to speak to the media during a press conference at Parliament House in Canberra, February 16, 2018. Source: (AAP Image/Lukas Coch

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El vice primer ministro australiano Barnaby Joyce, ha estado en el ojo de huracán y ha sido el plato principal para la opinión pública esta semana, luego de darse a conocer su relación con su ex asesora Vikki Campion – y el embarazo de la misma -, y en la manera que se ha desarrollado esta historia, se plantean varios interrogantes.


¿Dónde se traza la línea?, ¿Por qué ha causado tanto impacto esa noticia si no es la primera vez que ocurre? ¿Cuál será el destino político de Joyce?

La realidad es que se han cruzado una red de líneas, y ahora parece posible que pueda convertirse en el primer político australiano en perder una posición de liderazgo en lo que podría llamarse el moralismo del siglo XXI.

Hace una generación, probablemente hubiese salido airoso, y aún podría hacerlo. El partido de los Nacionales ha derrocado a tan un solo líder, Ian Sinclair en 1989, en 90 años.

Los tiempos, sin embargo, han tomado un giro en contra de los líderes que no observan la ortodoxia contemporánea con respecto al sexo.

Entonces, ¿dónde se dibuja esa la línea entre lo moral y la vida privada de los políticos?  Esa pregunta se la hicimos al historiador y académico de la Universidad Católica de Australia en Melbourne, Noah Riseman.


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