Liliana Rubiano es una emprendedora colombiana que ha montado una empresa importadora de moda de baño y accesorios llamada Tolú. Ella apuesta por introducir en Australia la calidad y las piezas de los diseñadores de Medellín, una ciudad que se aprecia por ser uno de los lugares de Colombia con la mejor industria textil del país.
Liliana llegó a Australia desde Colombia hace 10 años a hacer un Máster de comercio internacional, y después de trabajar en el mundo corporativo, se lanzó a la aventura de montar su propio negocio:
“Fue una de las decisiones más difíciles de tomar, porque salir de la zona de confort es una decisión difícil (…) pero fue la mejor decisión que he tomado en mi vida”.
Liliana dice tener el “chip” del emprendimiento desde que de pequeña veía a su padre cómo llevaba su propia empresa. Poco a poco se sintió atraída por la idea de ser independiente, poder montar su propio negocio y ofrecer productos de calidad a sus clientes.
Sin embargo, la entrada en el mundo de la moda fue completamente casual:
“Un tío mío en Colombia me dijo: Por qué no te llevas estas pantalonetas a Australia y las tratas de vender allá.”
Una de las fábricas textiles de Medellín con las que trabaja Tolu Source: Supplied
Ella confía en la buena calidad de los productos textiles de Medellín y ha hecho de ello su punto de diferencia con la competencia, poniendo el énfasis en la procedencia de las prendas y en la historia que hay detrás de los diseñadores.
“Cuando la gente toca la tela y ve las costuras, ve que se trata de un producto de calidad”, explica Liliana.
Liliana reconoce que ser emprendedor no es fácil, y asegura que lo más complicado es la soledad en la que te encuentras cuando llevas tu propio negocio, algo que mejoró cuando empezó a hacer contactos con otros colegas.
“El año pasado tuve la fortuna de encontrarme con varias chicas que estaban en mi misma situación, (comerciando con ropa y calzado) nos asociamos y montamos un “pop-up shop” en Manly, y para mí fue muy bueno porque encontré mi tribu”, explica.
Rubiano espera que cuando se cumplan dos años de actividad empresarial, dentro de unos pocos meses, pueda llegar a una situación de equilibrio económico con el negocio, ya que hasta ahora todo ha estado más dirigido hacia la inversión en estrategia y en establecerse.
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Liliana tiene claro que para tener éxito en un negocio hay que dedicarse a ello al cien por cien, además de tener un respaldo económico, disciplina, consistencia, contactos, acudir a eventos de la industria y también hay que atreverse a pedir ayuda cuando sea necesario.
“Hay muchas personas que están dispuestas a dar asesoría gratis y a ayudar, pero hay que estar dispuesto a arremangarse y a hacer lo que toque.”