El gobierno de Scott Morrison ha destacado el gas como una fuente de energía crucial para respaldar la generación de energía renovable durante la próxima década, pero los críticos advierten que es una mala elección.
El documento de debate esboza la viabilidad de 140 tecnologías diferentes, entre las que se incluyen el hidrógeno, la energía nuclear, las energías renovables, los biocombustibles y la captura y el almacenamiento de carbono.
El ministro Taylor, dice que la hoja de ruta permitirá a Australia cumplir los objetivos climáticos del Acuerdo de París para el 2030, manteniendo al mismo tiempo una economía fuerte.
Recomienda que el gobierno financie una red de nuevos gasoductos que conecten las costas este y oeste, y que se ponga fin a todas las moratorias de fracking en Nueva Gales del Sur y Victoria.
Taylor insiste en que la expansión del gas es fundamental para la futura producción de energía de Australia.
La hoja de ruta señala que, aunque las energías renovables como la eólica y la solar son las formas más baratas de generación, la fiabilidad sigue siendo un problema.
Sin embargo, el Consejo del Clima mantiene que estas fuentes de energía son confiables cuando están respaldadas por soportes de almacenamiento, basándose en un informe de la C-S-I-R-O de 2018.
Mientras tanto, el Instituto de Australia cuestiona el éxito del gobierno en la reducción de las emisiones hasta ahora.