Sinopsis:
El testamento es un documento legal en el que se estipula lo que se desea que suceda con nuestros bienes al fallecer.
Morir sin testamento puede dar lugar a que gran parte de tus bienes sean reclamados por organismos gubernamentales, o bien, puede generar disputas entre los miembros de la familia al momento de repartir lo dejado por alguien.
Los expertos legales recomiendan tomarse un tiempo para redactar un testamento y evitar así futuras cargas legales y financieras.
El testamento forma parte de lo que se denomina "plan de sucesión", que protege a su familia y seres queridos, para que puedan necesitar acceder a sus bienes o inversiones después de su muerte.
En su testamento puede indicar, por ejemplo, cómo quiere que se repartan sus bienes, quién cuidará de sus hijos si aún son pequeños, cuánto dinero quiere donar a obras benéficas y qué planes tiene para su funeral.
La Comisión Australiana de inversiones y Valores (ASIC por sus siglas en inglés), organismo regulador de los servicios financieros en Australia, calcula que casi la mitad de los australianos fallecen intestados (sin testamento).
El resultado puede ser que los organismos públicos se queden con hasta el 30 por ciento de la herencia.
La ASIC también recomienda guardar el testamento en un lugar seguro y comunicar su ubicación a una persona cercana.
Es importante actualizar su testamento si se produce algún cambio significativo en su vida, como casarse o divorciarse, tener hijos o nietos, sufrir un cambio en su situación financiera o si fallece su cónyuge o una persona nombrada en su testamento.
Este artículo de SBS ofrece una visión general de los testamentos y no debe considerarse asesoramiento jurídico.
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