Sinopsis
El Gobierno de Cuba impidió la marcha por el cambio, militarizó la isla, arrestó a opositores, sitió a varios organizadores de la protesta y en su lugar, organizó fiestas populares en parques y plazas de La Habana.
La policía cubana arrestó a 11 personas, mientras que agentes y simpatizantes del gobierno "sitiaron" a otras 50 dentro de sus casas para evitar las movilizaciones del 15N.
Los reportes de prensa confirmaron que las principales calles de La Habana amanecieron bajo una fuerte presencia policial.
En sus redes sociales, el activista Junior García denunció que su casa fue sitiada con miembros de las fuerzas de seguridad vestidos de civiles para impedir que encabezara la marcha en contra del régimen.
La movilización se realizaría cuatro meses después de las históricas y espontaneas manifestaciones del 11 de julio, que dejaron un muerto, decenas de heridos y 1.270 personas detenidas, de las cuales 658 siguen en prisión, según la ONG de defensa de derechos humanos Cubalex.
Pero, ante el cuerpo diplomático acreditado en Cuba, el canciller Bruno Rodríguez, acusó al gobierno de Estados Unidos de promover "condiciones de desestabilización interna" en la isla.
Rodríguez, también dijo que el gobierno cubano demandaría a Facebook por las presuntas prácticas contra Cuba ya que las manifestaciones fueron convocadas a través de la red social del grupo Archipiélago con 37 000 miembros dentro y fuera de Cuba.
Sin embargo, cubanos en el exterior sí lograron realizar protestas en países como Argentina, México, Estados Unidos, República Dominicana y Uruguay, según refiere la AFP.
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