Sinopsis
La posible exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la novena Cumbre de las Américas en los Estados Unidos ha generado una polémica diplomática de alto nivel en Latinoamérica.
Washington insiste en la necesidad de compromiso con la democracia en la región y busca discutir temas como elecciones libres, participación ciudadana y derechos humanos, en los cuales ha reprobado a los gobiernos de los tres países, que también son aliados de Rusia en la región.
En respuesta, varios mandatarios de la región amenazan con no asistir el próximo mes a Los Ángeles, California, donde también se planea unificar esfuerzos regionales para tratar asuntos como la migración, la democracia y el desarrollo económico tras la pandemia.
En Estados Unidos, el subsecretario de Estado para asuntos del hemisferio occidental, Brian Nichols, dijo a CNN que a su gobierno no le parecía “conveniente” invitar a la cita a los gobiernos de países “que no respetan la democracia”.
Inmediatamente, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo en conferencia de prensa que no asistirá si no son invitadas Cuba, Nicaragua y Venezuela.
México es la mayor fuente de migrantes que se dirigen a Estados Unidos, y el gobierno de López Obrador ha trabajado con Washington para detener el flujo de otros ciudadanos que viajan a la frontera estadounidense luego de atravesar Centroamérica.
Tras la postura del presidente mexicano, comenzaron a surgir reacciones similares en gobiernos de izquierda de América Latina. El presidente de Bolivia, Luis Arce, también condicionó su participación en el evento regional.
Mientras, Xiomara Castro, presidenta de Honduras, dijo que una Cumbre de las Américas no sería tal “si no estamos todas las naciones”. Así lo expresó en su cuenta de Twitter la también esposa del expresidente hondureño Manuel Zelaya, un viejo aliado de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
En tanto, el mandatario de Argentina, Alberto Fernández, confirmó que participaría en la reunión continental del próximo mes, pero abogó por la invitación a todos los gobiernos de América.
También, el gobierno de Ecuador, mediante su canciller Juan Carlos Holguín, anunció que el presidente derechista Guillermo Lasso participará en el evento que organiza Estados Unidos.
Además, es posible que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tampoco asista a la cumbre de las Américas. El mandatario brasileño ha tenido una relación fría con Washington, y la cumbre prometía ser la primera vez que Jair Bolsonaro y Joe Biden hablarían como presidentes.
La ausencia de Bolsonaro podría descarrilar cualquier progreso significativo en otros dos objetivos importantes de la política exterior del gobierno de Biden: el cambio climático y la defensa de la democracia.
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