El Año Nuevo 2022 está por iniciar y muchas personas en el mundo se preparan para ello. Al ser un evento internacional, no todos lo celebran de la misma forma, pues las tradiciones, cábalas y costumbres varían según la cultura y el país.
Varios países de Latinoamérica tienen una peculiar forma de recibir el Año Nuevo. Comer 12 uvas a las 12 de la noche, con el sonido de cada campanada, es una de las tradiciones de fin de año más populares en Latinoamérica. Esta costumbre vino de España y aquí gustó tanto que se ha mantenido por más de un siglo.
Les llaman las uvas de la “buena suerte”, porque al ingerir una, la persona pide un deseo y espera que se cumpla en los siguientes meses. No es una tradición fácil de cumplir, porque entre una y otra campanada solo existen algunos segundos de separación, así que es necesario comer y tragar rápido.
Y quienes desean viajar en el año nuevo compran maletas y recorren en la medianoche, es otra de las tradiciones más populares.
La selección de la vestimenta es otra de las tradiciones de fin de año más coloridas en Latinoamérica. En varios países de la región, como México, Perú y Ecuador es muy común que las personas estrenen ese día ropa interior amarilla, para así invocar prosperidad y abundancia.
En Chile, la tradición indica que esa ropa interior debe ser regalada; mientras, otros prefieren utilizarla al revés, ya que garantizarían un año con mayor pasión. En Uruguay, Argentina y Brasil no pocos prefieren comenzar el año con prendas interiores de color rosado.
El blanco es habitual en la ropa de los brasileños el 31 de diciembre. Muchos visten con ese color para lanzar en las playas ofrendas a Yemayá, considerada la diosa del mar.
Los colores de la ropa interior también es una tradición en El Salvador.
La cena del 31 de diciembre no tiene la misma connotación familiar que la de Nochebuena, pero también es una de las tradiciones de fin de año con más arraigo en la región latinoamericana.
En Cuba, por ejemplo, el 31 de diciembre es común que las familias coman cerdo asado, los mexicanos incluyen el pavo relleno, en Costa Rica preparan la bebida conocida como Melcocha y a los argentinos les gusta comer ensalada rusa, huevos, tomates rellenos y un gran asado.
Además, para muchos latinoamericanos es infaltable un plato de lentejas. Esta idea vino de Europa y se asocia con la abundancia y riqueza para el año venidero. Algunos comen una cucharada de lenteja y, al mismo tiempo, dibujan un signo de peso en un calendario, para así “atraer prosperidad”.
A las tradiciones de ropa y comida, los latinoamericanos agregan la quema del Año Viejo a la medianoche representado por muñecos gigantes vestidos con ropas viejas. En Ecuador, antes de quemarlos, las personas los golpean con un cinturón para despedir todo lo malo del año y comenzar el nuevo con buena suerte.
En otras partes de Latinoamérica, los muñecos se confeccionan con un gran parecido a personajes negativos del año.
En Honduras, figuras del presidente saliente, Juan Orlando Hernández, y del titular del Parlamento, Mauricio Oliva, entre otros políticos, representadas en grandes monigotes, serán quemadas en la medianoche del último día de 2021.
Además, en Nicaragua, se bañarán en ríos, lagunas o en el mar, para sentirse más limpios y atraer buenas energías.
En Puerto Rico y Uruguay también lanzan agua a la calle, para así limpiar el camino del año que apenas comienza mientras, a medianoche, los mexicanos barren sus casas y piden que las malas energías abandonen ese hogar.