A partir de este lunes, las personas mayores de 30 años podrán recibir un segundo refuerzo de una vacuna anti-COVID en Australia. Es decir, una cuarta dosis de la vacuna. Anteriormente, la segunda dosis de refuerzo estaba sólo disponible para personas de la tercera edad.
Además, a partir de hoy, un mayor número de personas también podrán acceder a tratamientos antivirales contra la COVID-19.
Estos anuncios ocurren al tiempo en que Australia experimenta un aumento invernal en la transmisión comunitaria del virus.
Puntos destacados:
- Más de 10.000 personas han muerto en el país por COVID-19 desde que comenzó la pandemia.
- Debido a esta nueva ola invernal de infecciones, el gobierno federal está recurriendo a la reserva médica de la nación.
- Al momento, unas 4.000 personas se encuentran hospitalizadas con COVID-19 en todo el territorio nacional. Entre las presiones actuales que están afectando el sistema sanitario se encuentra que hay nuevas sub-variantes infecciosas del virus, hay también más pacientes con reinfecciones, aunado a la propagación habitual de la influenza en esta época del año.
El ministro federal de Salud, Mark Butler, anunció ayer domingo que "habrá una gran expansión en el acceso a estos medicamentos cruciales contra la COVID, que han demostrado ser muy efectivos para reducir enfermedad grave y aliviar la presión sobre los hospitales".
Hasta ahora, los medicamentos antivirales habían estado reservados para personas mayores con factores de alto riesgo. Pero de hoy en adelante, cualquier persona de 70 años o más tendrá acceso a ellos, y también las personas mayores de 50 años que presenten dos o más factores de riesgo, como condiciones médicas preexistentes. Las mismas reglas aplicarán para los indígenas australianos de 30 años o más.
En ese sentido, las autoridades sanitarias recomiendan a los pacientes que consulten con sus médicos de cabecera sobre las opciones a su disposición. Las autoridades también informaron que habrá un costo para recibir estos medicamentos. No obstante, los antivirales estarán subvencionados por el Plan de Beneficios Farmacéuticos de Australia.
Al momento, unas 4.000 personas se encuentran hospitalizadas con COVID-19 en todo el país. El sistema sanitario se encuentra bajo presión por el gran número de contagios y reinfecciones ocasionadas por nuevas sub-variantes del virus, que se suma a la propagación habitual de la influenza en esta época del año.
Chris Moy, de la Asociación Médica Australiana, dice que la situación es preocupante.
"El temor es enorme, y los retrasos en nuestros hospitales pueden demorar la atención que se brinda a pacientes con o sin COVID", advirtió.
El servicio de ambulancias de Victoria declaró nuevamente un código rojo durante el fin de semana debido a la abrumadora demanda. Esto significó que se llamara al personal de guardia a trabajar y que los pacientes fueran rápidamente descargados de las ambulancias en cualquier hospital o clínica donde hubiese cupo.
Lindsay Mackay, directora ejecutiva de comunicaciones de operaciones de Ambulancias Victoria, admitió que espera que la situación sea difícil durante algún tiempo.
"Seguirá siendo una situación difícil por un tiempo prolongado. Pero nos las estamos arreglando, como todo el mundo, lo mejor que podemos".
Los expertos médicos recomiendan que las personas se mantengan al día con las vacunas y consideren seriamente el uso del tapabocas.
Una diferencia entre esta ola de COVID-19 y las anteriores, es que esta vez, los trabajadores no podrán acceder al pago de emergencia del gobierno federal por enfermedad. El ministro federal de Salud, Mark Butler, y la oposición federal han defendido la decisión del gobierno de poner fin a este pago, que caducó el 30 de junio.
"Desafortunadamente, no podemos seguir pagando este beneficio de emergencia para siempre", dijo Butler.
Pero tanto los sindicatos, como grupos que representan de empleadores y comercios difieren de la postura gubernamental, alegando que la ayuda continúa siendo necesaria.
Paul Zahra, de la Asociación de Minoristas, alertó que muchas de las personas más vulnerables de Australia se verán adversamente impactadas por la decisión.
Por su parte, Liam O'Brien, del principal organismo sindical del país, el ACTU, dice que no son solo los trabajadores informales los que necesitan el pago.
“Ya la mayoría o ha tenido COVID, o se ha visto afectada por esta ola masiva de influenza y otras enfermedades, por lo que muchas personas ya han agotado todo su balance de licencia por enfermedad, por lo que es tan importante que se restablezca este apoyo económico básico proporcionado por el gobierno federal", apuntó el líder sindical.
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