Sinopsis:
Debido al cierre de las escuelas para evitar la propagación del virus desde marzo 2020, toda una generación de estudiantes latinoamericanos de unos 170 millones de niños y niñas perdieron en promedio entre uno y casi dos años de aprendizaje.
Según el informe, la educación a distancia, implementada mediante plataformas en línea, programas de televisión y de radio, redes sociales, mensajes de texto vía teléfonos celulares o materiales impresos, no logró garantizar la participación de los estudiantes, ni la calidad del aprendizaje.
Como motivos del retraso en el aprendizaje se señalan los problemas de conectividad a internet, el acceso a la tecnología y las vulnerabilidades socioeconómicas.
Como consecuencia de esta situación, nueve de cada diez alumnos de la región son incapaces de leer un texto simple al final de la educación primaria.
En cálculos económicos, este retraso podría trasladarse a una reducción en sus ingresos del 12 por ciento a lo largo de su vida.
El director global de Educación del Banco Mundial, Jaime Saavedra, comentó en las redes sociales de dicha institución que la pandemia deja la peor crisis educativa en un siglo.
El informe destaca que las pérdidas de aprendizaje proyectadas y reales son más pronunciadas para los primeros grados de escolaridad, los alumnos de menor edad y la población en condición socioeconómica más baja.
Además, el estudio del Banco Mundial y Unicef señala que la proporción de "pobres de aprendizaje" aumentó del 52 por ciento en 2019 al 79 por ciento en 2022 por efecto de la pandemia.
La región latinoamericana ya padecía una crisis de aprendizaje antes de la emergencia sanitaria declarada en 2020, pero sufrió un "agravamiento sustancial" de la situación, revela el informe.
Entre las recomendaciones, el informe del Banco Mundial y Unicef pide a los países latinoamericanos priorizar la recuperación educativa en la agenda pública, reintegrar a quienes desertaron y asegurar su permanencia, y apoyar no sólo el bienestar de los estudiantes, sino también de los docentes.