En las manifestaciones, que estallaron el 7 diciembre con la destitución del exmandatario izquierdista Pedro Castillo y que han dejado 48 muertos, se exige también el cambio del Congreso.
La protesta es protagonizada mayoritariamente por ciudadanos de origen indígena del empobrecido sur andino que claman por elecciones generales cuanto antes y no esperar hasta 2026, que sería el plazo regular pero la Presidencia y el Parlamento parecen incapaces de alcanzar consensos.
Entre bloqueos de vías, parálisis económica y estado de emergencia en nueve de las 25 regiones del país, la Presidencia y el Parlamento parecen incapaces de alcanzar consensos.
El viernes pasado los legisladores decidieron congelar hasta agosto cualquier debate para adelantar los comicios, sepultando la posibilidad de renovar autoridades este año.
Entrevistado: Ricardo Soberón, analísta político y presidente ejecutivo de Devida (Comisión Nacional para el Desarrollo de una Vida sin Drogas).