¿Podrían los recientes escándalos de la monarquía británica alentar el cambio hacia una Australia republicana?

Prince Harry and Meghan Markle

Prince Harry and Meghan Markle in the Sunken Garden at Kensington Palace, London. Source: AAP Image/Dominic Lipinski/PA Wire

Una reciente entrevista al príncipe Harry del Reino Unido y a la duquesa de Sussex, Meghan Markle, causó gran polémica. Acusaron racismo y hostigación de parte de la realeza y los medios de comunicación. ¿Podrían estos escándalos contribuir al cambio desde una monarquía hacia una república en Australia?


El príncipe Harry del Reino Unido y su esposa, la duquesa de Sussex, Meghan Markle, ofrecieron una entrevista a la popular presentadora estadounidense Oprah Winfrey, que causó gran controversia en el mundo.

Entre otras cosas, Meghan, reveló que debido a "las terribles presiones dentro del palacio", pensó en un momento que "ya no quería vivir más".

También aseguró que, cuando dijo a la familia real que estaba sufriendo por la agresiva cobertura de los medios sensacionalistas británicos y que necesitaba ayuda profesional, le contestaron "que no sería bueno para la institución".

Actualmente embarazada de su segundo bebé, Meghan, que es mestiza, también explicó que algún miembro de la casa real, "preocupado", les preguntó "cuán oscura" sería la piel de su primer hijo, Archie".

Harry, no obstante, aclaró que esos comentarios no fueron hechos ni por la reina Isabel II ni por su abuelo, el príncipe Felipe.
El sensible tema de la posible discrimación racial y los pensamientos suicidas de la duquesa, que según ella no fueron atendidos debidamente, levató gran polémica en el Reino Unido y en el mundo, y puso una vez más a la familia real británica bajo cuestionamientos.

No es la monarquía británica, sin embargo, la única que pasa momentos complejos. La monarquía española y su rey Felipe VI de España, también han debido afrontar en los últimos años un vendaval de polémicas debido, entre otras cosas, a las acusaciones de corrupción e infidelidad contra el rey emérito Juan Carlos (padre de Felipe VI), el encarcelamiento del cuñado de Felipe, Iñaki Urdangarín, por su implicación en el bullado caso de corrupción conocido como Nóos, y últimamente, por la controvertida vacunación en el extranjero de las hermanas del rey.

Australia, que es una monarquía constitucional, pertenece al Commonwealth británico y sus ciudadanos son súbditos de la reina Isabel II del Reino Unido. Por lo cual los destinos de esa realeza también afectan a sus intereses.

El debate en Australia por la transformación a una república, dejando atrás el estatus de monarquía, podría verse alentado por estos escándalos y el desprestigio de la realeza británica. Sin embargo, estas consecuencias son difíciles de evaluar.

Los partidarios del republicanismo en Australia tienen diferentes motivos para exigir esta transformación. Entre ellas destacan la que argumenta que el monarca de Australia (la reina Isabel II) reside en el Reino Unido, también que, en la actualidad, Australia es un país más diverso étnicamente, a diferencia de su pasado en donde casi la totalidad de sus habitantes eran de origen británico, y finalmente, que las leyes de sucesión al trono están en contradicción con la Constitución australiana.
Si bien la transformación de Australia en una república es una meta del Partido Laboral y de otras muchos ciudadanos australianos que rechazan la calidad de súbditos de un rey, y menos uno extranjero, este cambio debe realizarse en un referendum constitucional.

El último de estos, que contenía la pregunta sobre si Australia debería ser una república, se realizó en 1999, y la opción de Australia como república perdió con un 54,87 por ciento de las preferencias. Los australianos votaron, entonces, por mantener el status quo.

Los diferentes sondeos realizados en el último tiempo sobre esta cuestión han mostrado posiciones relativamente equiparadas entre quienes desean que Australia se convierta en una república y quienes desean seguir siendo una monarquía.

Un posible próximo referendum, aún de fecha incierta, podría desequilibrar la balanza hacia uno de los dos lados.

Sobre estos interesantes temas en SBS Spanish conversamos con el politólogo y académico de la Universidad de Griffith, Ferrán Martínez i Coma.

Escucha la entrevista presionando sobre la imagen principal.

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