Sinopsis:
La visita de la presidenta Tsai se dio una semana después de que Honduras anunciara el rompimiento de relaciones diplomáticas con Taiwán para intensificar su intercambio con Beijing, que considera a Taiwán una provincia rebelde. Tras la ruptura de Honduras, solo 13 países reconocen a Taiwán.
Bajo el principio de "Una sola China", Pekín no permite que ningún país tenga lazos diplomáticos con ellos y con los taiwaneses a la vez.
La presidenta Tsai Ing-wen estuvo antes en Guatemala para afianzar relaciones, donde el gobierno del conservador Alejandro Giammattei la recibió con honores militares y le prometió seguir siendo aliado suyo y mantener una relación “inquebrantable”.
En tanto, el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Kevin McCarthy, dijo que se reunirá con Tsai en el estado de California el miércoles. La cita incluye a varios otros representantes electos del Congreso.
Por su parte, la portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Ejecutivo de China, Zhu Fenglian, advirtió sobre la posibilidad de adoptar contramedidas ante esta reunión de la líder taiwanesa y el dirigente estadounidense.
McCarthy había puntualizado que China no condicionará sus movimientos. “No pueden decirme a dónde puedo o no puedo ir”, dijo antes de confirmar que le gustaría visitar Taiwán y desplazarse hasta ahí junto a un grupo de diputados.
Antes de la gira por Centroamérica y Estados Unidos, la presidenta de Taiwán dijo que la presión de China no será determinante para su gobierno.
El pasado agosto, Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, visitó Taiwán, provocando la ira de China, que - como represalia - procedió a realizar importantes maniobras militares alrededor de la isla.
Antes, el presidente estadounidense, Joe Biden, se comprometió a defender militarmente Taiwán si China intenta tomar por la fuerza el control de la isla autónoma, y advirtió a Pekín que "coquetea con el peligro".
Estados Unidos mantiene una posición ambigua sobre Taiwán, que consiste en reconocer un único gobierno chino, el de Beijing, y al mismo tiempo, seguir prestando un apoyo decisivo a Taipei.
Recientemente, el Gobierno de Estados Unidos aprobó una venta de armas a Taiwán por un total de 619 millones de dólares, informó el Pentágono.
El paquete incluye numerosos misiles y lanzadores multipropósito y su objetivo es “mejorar las capacidades de autodefensa ante la expansión militar china”, dijeron las autoridades taiwanesas.