En la primera sesión de negociaciones con Kiev, Moscú exigió el reconocimiento de Crimea como territorio ruso y la desmilitarización de Ucrania que, por su parte, pidió a un alto el fuego y la retirada de las tropas invasoras de su país.
Después de cinco días de conflicto, la presión internacional contra Moscú no se detiene: el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, informó que abrirá "lo antes posible" una investigación, la FIFA excluyó a Rusia de la Copa del Mundo, se reforzaron las sanciones financieras...
Y la Asamblea General de la ONU celebró el lunes una "sesión extraordinaria de urgencia" para estudiar el conflicto. "¡Basta ya! Los combates deben cesar", lanzó el secretario general Antonio Guterres en la apertura de una sesión que debería culminar el miércoles con la votación de una resolución, no vinculante, contra la agresión de Moscú.
Al margen de la cita, Estados Unidos dio un nuevo paso al anunciar la expulsión de 12 miembros de la misión diplomática rusa ante Naciones Unidas acusándolos de "espionaje".
El fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, pidió el lunes a las partes del conflicto respetar el derecho internacional humanitario e informó que abrirá "lo antes posible" una investigación sobre la situación en Ucrania.
Tanto las conversaciones como el conflicto en el terreno están marcado por la amenaza lanzada el domingo por Putin, que ordenó la puesta en alerta máxima de las fuerzas de disuasión nuclear.
Por su parte, Scott Morrison ha prometido 70 millones de dólares para comprar equipo militar y armas para Ucrania como parte de un esfuerzo occidental coordinado para ayudar a sus fuerzas armadas a resistir la invasión de Rusia.
El gobierno también está destinando unos 35 millones de dólares a la ayuda humanitaria para ayudar a las organizaciones internacionales que responden a los ucranianos que huyen del país y buscan asilo en las regiones vecinas.
Entrevistados: Miguel Híjar, profesor Asociado de Relaciones Internacionales en el Centro de Estudios Norteamericanos de la Universidad de Guadalajara, en México; Julia Casado y Mila Kerestshi, residentes de Kiev.