Australia tiene sus esperanzas puestas en tecnologías que aún no existen para lograr el compromiso del gobierno federal de unirse a la mayor parte del mundo desarrollado en la búsqueda de emisiones netas cero para 2050.
El compromiso del Gobierno de alcanzar el nivel cero significa que, para 2050, la cantidad de dióxido de carbono que Australia elimine de la atmósfera tendrá que ser igual o mayor que la que emite.
Se espera que la combinación de las tecnologías seleccionadas por el Gobierno reduzca las emisiones en un 85%, y que el 15% restante se consiga mediante tecnologías futuras.
Morrison, dijo que Australia se pondría en marcha para conseguir estos objetivos invirtiendo más de 20.000 millones de dólares en "tecnologías de bajas emisiones" en la próxima década.
Entre ellas se encuentran la captura de carbono en el suelo -en el que se retira el carbono de la atmósfera y se almacena en el suelo-, la captura y almacenamiento de carbono (CCS), la producción de acero de bajas emisiones y otras formas de reducir el uso de energía.
El plan también incluye el uso de "hidrógeno limpio" para reducir las emisiones de los combustibles y una "nueva prioridad" para el gobierno: suministrar energía solar de "ultra bajo coste" por debajo de los 15 dólares por megavatio-hora.
Entrevistados: Pep Canadell, jefe de investigación del Centro de Ciencias del Clima de CSIRO y director ejecutivo del Proyecto Global del Carbono ; Alfonso Martínez Arranz, investigador en el área de políticas climáticas de la Universidad de Melbourne.