El uso masivo de los antibióticos, la proliferación de bacterias resistentes y la falta de innovación de antibióticos son el caldo de cultivo perfecto para una crisis sanitaria mundial que pone en riesgo un siglo de avances en materia de salud, señalaron los integrantes del Interagency Coordination Group on Antimicrobial Resistance (IACG) en un informe que entregaron en días pasados al Secretario General de las Naciones Unidas.
De acuerdo con los especialistas, “el uso indebido y excesivo de los antimicrobianos en humanos, animales y plantas está acelerando la aparición y la propagación de patógenos resistentes”. La crisis está a la vuelta de la esquina y los expertos señalan que al menos que se invierta en investigación, se adecuen las políticas de salud a esta emergencia y se actúe con prontitud “la resistencia a los antimicrobianos tendrá repercusiones desastrosas dentro de una generación”.
Basados en diversas investigaciones, los miembros del IACG concluyeron que de no tomarse medidas urgentes, las 700 mil muertes al año que ocurren en todo el mundo por enfermedades farmacorresistentes, podrían aumentar a 10 millones para el 2050.
“El daño causado por la resistencia no controlada a los antimicrobianos podría ser comparable al de la crisis financiera mundial de 2008-2009 debido al aumento espectacular de los gastos de atención sanitaria, al impacto en la producción de alimentos y al aumento de la pobreza y desigualdad”, subraya el informe.
Para explicarnos sobre el papel que juegan los antimicrobianos en nuestra vida diaria, en Radio SBS entrevistamos a la investigadora Ana Monserrat Martínez, del Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Australia y candidata a doctorado en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Nueva Gales del Sur.