Cuando se está lejos de casa, es frecuente para muchos enfocarse en viejas pasiones, para encontrar un lugar en el cual crear un nuevo sentido de pertenencia. Esto es, a grandes rasgos lo que el rugby subacuático ha significado para seis mujeres hispanas en Australia, provenientes de Medellín, la costa caribe colombiana y España, y quienes hoy se preparan para representar al país que las adoptó, en el Mundial de Rugby subacuático en Canadá el próximo año.
Para Nathalie Solano, una ingeniera industrial de Medellín, “esta es una comunidad demasiado unida y cuando tú eres migrante, necesitas empezar a crear tu familia”.
La española Carmen Montejo asegura que “ser seleccionada es todo un honor. Yo estoy a punto de conseguir la nacionalidad, pero formar parte del equipo australiano ha sido como conseguir la nacionalidad antes de tenerla”.
Puntos destacados:
- Seis hispanas compitieron contra 40 mujeres por un cupo en la selección nacional australiana de rugby subacuático, demostrando su destresa y alto nivel competitivo.
- Las 15 mujeres escogidas que ahora conforman la selección, competirán en el Mundial de Rugby Subacuático 2023 de Canadá.
- El rugby subacuático es un deporte de alto contacto que se juega con una pelota de agua salada que debe anotar en una canasta metálica fijada al suelo de la piscina.
Vanessa López, una ingeniera de alimentos de Montería, ciudad del caribe colombiano, se siente agradecida porque “he tenido la oportunidad de conocer a personas maravillosas de diferentes países, e incluso de mi propio país, que te aseguro que estando allá jamás hubiese conocido”.
La medellinense Catalina Chica añade que “somos una mayoría grande de latinas, y eso le da esa buena energía al equipo tanto dentro como fuera del agua”.Andrea Castaño, también de Medellín, coincide, y agrega que es un deporte que “abre muchas puertas a compartir la cultura y el idioma. Diversas nacionalidades y muchos tipos de personalidad. Entonces la mezcla de ellas es importante también para tener un equilibrio en el equipo”.
Cuarenta mujeres de todas las procedencias se reunieron en Brisbane para competir por un cupo para la selección australiana de rugby subacuático. Source: Instagram / australianladiesofuwr
Lo curioso es que no muchos suelen conocer muy bien qué es eso del rugby subacuático.
"Cuando uno le dice a la gente que uno juega “underwater rugby” (rugby subacuático), la gente pregunta: ¿qué es eso, waterpolo? Siempre lo confunden con cualquier otra cosa, pero nunca tienen ni idea de qué se trata", cuenta Vanessa.
Si bien este deporte comparte el nombre con el famoso rugby, es bastante diferente. Coinciden en que ambos son de alto contacto, y que también tienen un balón con el cual se debe anotar. No obstante, hay una diferencia sustancial.
“Se le aumenta al 100% la dificultad, porque en el rugby tradicional y en todos los deportes de tierra tú puedes hablar o gritarle a la persona que tienes al lado, avisar que estás ahí o que estás listo para el pase”, dice Nathalie.
En rugby subacuático quitas totalmente la comunicación verbal con tus jugadores, y todo es confiar en la persona que está debajo de ti, saber que va a haber una persona un segundo después de que tú haces el pase, en el lugar correcto y el momento correcto.
Ella señala que esa falta de comunicación verbal hace que se desarrolle lo que se conoce como “hive mind” o mente colmena: es decir, los miembros del equipo se conocen tan bien entre ellos que pueden predecir los movimientos de sus compañeros, antes de que anoten.Otra diferencia es que el balón entra en una canasta de metal fijada al suelo, una suerte de baloncesto a la inversa, donde los jugadores llegan desde arriba a “encestar” en la canasta del contrario y anotar los puntos. La pelota es de goma y está llena de agua salada, por lo que es pesada y se hunde al no ser sostenida.
En el rugby subacuático la pelota de agua salada debe ser introducida en la canasta metálica del equipo contrario, la cual está fijada al suelo. Source: Youtube / Underwater Rugby World Championships
Esto significa que este es un deporte donde es necesario un equipo especializado para mantenerse bajo el agua. Y aunque los choques en el agua no son lo mismo que en la tierra, las cosas llegan a ponerse bastante intensas.
“La adrenalina es algo que cada jugadora tiene que sentir, y para sentirla tienes que tener aletas esnórquel (tubo respirador), máscara, vestido de baño y gorro… sentir la adrenalina del juego y sentir la pasión por el agua”, cuenta Andrea.
Y esto también implica un alto nivel de acondicionamiento físico y de resistencia, que fue puesto a prueba por jueces a la hora de elegir a las nuevas integrantes del equipo nacional australiano, según cuenta Lyle Taualai, el entrenador del equipo femenino.
Hay mucha habilidad, sobre todo en el movimiento de la pelota, y la inteligencia al crear formaciones y vías de pase para lo que son las partes críticas de cómo construimos nuestro ataque. Hay una tenacidad que es bien conocida en nuestras jugadoras latinas.
El entrenador destaca el valor de tener un equipo tan multicultural, que representa la diversidad que caracteriza a un país como Australia.“Siendo un equipo australiano, es un equipo extremadamente multicultural. La parte latina de nuestro equipo es un componente muy importante. Es increíble la oportunidad que tenemos de mezclar tantas culturas en el juego, al igual que movimientos y velocidades”, puntualiza el entrenador.
El equipo para jugar underwater rugby incluye gorro, aletas y esnórquel (tubo respirador) Source: Jennifer Acosta / archivo personal
No solo las culturas son diversas, sino las personalidades y vidas que han coincidido en el equipo: una ingeniera de alimentos, como lo es Vanessa, junto a una desarrolladora de software como lo es Jennifer, una arquitecta como Carmen o incluso otras jugadoras que son médicos o tienen doctorados… algunas llegaron ya con una amplia experiencia en deportes acuáticos, como Catalina, quien empezó a nadar a los 13 años y luego jugó hockey acuático. Otras como Nathalie han llegado al deporte por alguien cercano, en este caso su esposo, quien también estuvo en la selección australiana y espera ser seleccionado de nuevo este año.
Al final, lo que todas comparten es un mismo sentimiento.
“El sentimiento que me da poder lograr tantas cosas debajo del agua y ver cómo cada una de nosotras tiene algo único y especial por aportar que da como resultado una unión muy bonita aparte del progreso propio y del equipo lo llena uno de pasión”, afirma Jennifer.
Para mí es el lugar donde puedo ser libre. No se puede volar, pero puedes ir en cualquier dirección… en todas las dimensiones.
"Allí puedo expresarme y sacar todo eso que me carga, que me estresa, realmente es el lugar en donde soy feliz”, asegura Vanessa. Añade que la posibilidad de ir a un mundial y compartir el mismo escenario con personas de todo el mundo que tienen su misma pasión, “suena mágico y es en definitiva muy emocionante”.El rugby subacuático es para ellas no solo una pasión que requiere de esfuerzo y disciplina, sino también de mucha gestión, ya que como todo deporte requiere de grandes inversiones.
En 2019 la selección australiana también asistió al mundial de rugby subacuático, en Austria. Source: Facebook / Underwater Rugby Australia
“La inversión económica es grande. Solamente al ver el costo de los tiquetes para Canadá ya estoy asustada de lo que nos va a tocar pagar… pero es el deporte que adoro, me ha dado mucho. Me ha dado amigos y me ha dado experiencias que de verdad en mi vida hubiera podido pensar”, cuenta Nathalie, quien además menciona entre risas que viven de los “sausage sizzle” (barbacoas al estilo australiano para recolectar recursos) y de otras actividades para “fundraising” (gestión de financiamiento).
El objetivo claro de estas seis mujeres, junto a su equipo de 15 en total, será entrenar arduamente este año y así llegar a Canadá, a luchar por ganarse un puesto en el podio, dejando en alto el nombre de Australia y de la comunidad hispana en el mundo.