La sonda europeo-estadounidense Solar Orbiter se acercará al astro rey a una distancia sin precedentes: un tercio de la distancia entre la Tierra y el Sol.
Su misión: profundizar en el conocimiento sobre el Sol y analizar cómo su actividad determina el clima espacial que afecta a las telecomunicaciones en la Tierra.
El Solar Orbiter, de la Agencia Espacial Europea (ESA), en colaboración con la NASA, fue lanzado en la noche del 9 de febrero desde Cabo Cañaveral en Florida, con instrumental creado en España y Australia, entre otros países.Alberto Álvarez, físico investigador del INTA, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial de España, perteneciente a la NASA, explicó a SBS radio que se trata de una misión histórica.
Alberto Álvarez, investigador principal y responsable de SO/PHI en el INTA, muestra una maqueta del instrumento de medición que lleva el Solar Orbiter Source: JPons
“Es una misión singular porque es la primera vez que vamos a poder ver los polos del Sol, y esto es muy importante porque toda la dinámica solar está relacionada con los campos magnéticos”, explica el investigador.
Álvarez y el equipo con el que trabaja, esperan que los telescopios de alta resolución que lleva la sonda, hechos con tecnología española, les permitan elaborar un “mapa” de las dinámicas magnéticas del astro.Como sucede con la Tierra, los polos solares son regiones extremas bastantes diferentes del resto de su superficie.
Alberto Avarez trabajando en los componentes del Solar Orbiter Source: Supplied
Cada 11 años los polos solares cambian: el norte se convierte en el sur y viceversa. Justo antes de que esto ocurra, la actividad solar se incrementa, enviando poderosas ráfagas de material solar al espacio.
El Solar Orbiter observará la superficie al tiempo que explora y registra el material cuando pasa junto al aparato espacial.
El único aparato que voló anteriormente sobre los polos solares fue el Ulysses, otra iniciativa conjunta ESA/NASA lanzada en 1990. Pero no llevaba telescopios y no se acercó más al Sol de lo que está la Tierra.
Un reto tecnológico sin precedentes
Para poder hacer todas sus observaciones, el Solar Orbiter va a tener que acercarse esta vez a 42 millones de kilómetros del Sol, lo que supone un tercio de la distancia con la Tierra.
En ese punto la temperatura oscila entre los 500 grados centígrados y los -170, uno de los desafíos más complicados de la misión, que se resolverá con un escudo.“Uno de los puntos clave es el escudo térmico que lleva la nave para disipar el calor y conseguir que la temperatura de los instrumentos no suba de los 40 - 60 grados, que es una temperatura más manejable.”
Preparativos del Solar Orbiter antes del lanzamiento Source: Provided (ESA)
“Se trata de conseguir que las lentes de los instrumentos no se desajusten o se desenfoquen con los cambios de temperatura y las dilataciones, y si esto ocurre, que se puedan volver a enfocar”, explica el investigador español.
Álvarez detalla además que uno de los componentes de este instrumental es de creación australiana.
“El telescopio lleva consigo un dispositivo clave que ha desarrollado el CSIRO de Australia, llamado etalon que permite sintonizar la longitud de onda en las observaciones del telescopio, una tecnología muy crítica y compleja”.
Despegue del lanzamiento del Solar Orbiter Source: Provided (ESA)
“Por un lado sentía la alegría de haber llegado a ese punto después de un largo trabajo y saber que todo funcionaba bien, pero también los nervios de que pudiera ocurrir algo en el lanzamiento y que se fuera todo al traste. Fue un lanzamiento precioso, con una luna muy bonita y todo salió muy bien, una experiencia inolvidable.”
Con información adicional de AFP
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