En los últimos años, un equipo de la Universidad de Stanford ha estado analizando qué pasa en el cerebro de los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes.
El equipo seleccionó una muestra de 46 menores entre 7 y 16 años que estaban a punto de someterse a distintas pruebas médicas. La idea era aprovechar esas pruebas para ponerles grabaciones de voz (tanto de sus madres como de mujeres desconocidas) y ver qué ocurría con su actividad cerebral.
Los menores de 12 años mostraron una respuesta neuronal muy intensa en los centros de recompensa y de procesamiento de emociones al escuchar la voz de su madre, pero a partir de los 13 años, la situación cambiaba.
Según Daniel Abrams, uno de los investigadores de este estudio "El adolescente no acaba de ser consciente de que lo está haciendo. Simplemente, está siendo él mismo: tiene amigos y nuevos compañeros y quiere pasar tiempo con ellos. Su mente es cada vez más sensible y se ve atraída por estas voces desconocidas".
Articulo de la Universidad de Stanford
LOGRAN REACTIVAR LAS CÉLULAS DE UN OJO HUMANO TRAS LA MUERTE
El ojo humano es un órgano muy complejo y en su complejidad radican parte de sus capacidades, pero es simultáneamente origen de problemas
El origen del estudio tuvo que ver con un experimento anterior en el que científicos lograron mantener con vida cerebros de cerdos tras su muerte. Los científicos que encabezaron este experimento explican que esto les inspiró a probar algo semejante en los ojos humanos.
El experimento logró su objetivo de “despertar” estas células después de la muerte, según explica la biomédica de la Universidad de Utah, Fátima Abbas, autora del estudio.
Los científicos encontraron que la hipoxia, o falta de oxígeno, era el fenómeno que afectaba al experimento. Por eso trabajaron en reducir al máximo el tiempo entre el fallecimiento de los donantes y el estudio. Con ello lograron registrar, por primera vez en el ojo de una persona fallecida, la señal emitida por estos fotorreceptores, llamada “Onda b”.
Qué pasa con la viruela del mono
Tras la detección de casos en Italia y Suecia, son ya seis los países con infecciones confirmadas por este virus, aparte de Australia.
Actualmente no existe una vacuna específica para combatir la viruela del mono. Sin embargo, se ha comprobado que la vacuna de la viruela humana protege con una eficacia aproximada del 85 %.
La enfermedad fue identificada en 1958 en monos cautivos con fines de investigación, aunque el primer caso en humanos no se documentó hasta 1970 en la República Democrática del Congo.El virus entra en el cuerpo a través de heridas en la piel, mucosas o tracto respiratorio. El contacto debe ser muy cercano.
Monkeypox is mainly spread by wild animals. Source: WHO/Nigeria Centre for Disease Control
Tiene un periodo de incubación de 7 a 14 días de forma más común aunque puede variar de 5 a 21.
Los signos y síntomas son los mismos que los de la viruela tradicional, pero más leve. Al principio aparecen fiebre, dolores de cabeza y musculares y cansancio.
Una diferencia importante con la viruela humana es que causa linfadenopatía (inflamación de los nódulos linfáticos).
Entre 1-3 días después de la aparición de estos síntomas, es cuando aparece el sarpullido, que puede pasar por diversos estadios, pero al final termina desapareciendo.
Para prevenir la infección: Evitar el contacto con animales que puedan ser reservorios, evitar el contacto directo con personas infectadas, evitar contacto con materiales que hayan estado en contacto con estos animales o personas y por último, lavarse bien las manos.