La ley australiana se ha visto corta para afrontar una modalidad de venganza entre parejas, que ha alcanzado límites que rayan en lo ilegal y para lo cual la legislación actual no está preparada.
Se trata de lo que se conoce como Porn Revenge, o venganza porno, en la que las exparejas utilizan videos íntimos de sus ex compañeros, para vengarse de una decisión de separarse, o para coaccionar a la otra persona a reiniciar la relación.
Australia no está solo en esta falta de legislación contra el uso de las nuevas tecnologías para abusar de una persona, la mayoría de los países en el mundo apenas comienzan procesar los mecanismos necesarios para contener el avance de esta práctica.
En nuestro país, solo el estado de Victoria ha legislado específicamente contra la distribución de imágenes intimas no autorizadas.