Cuando la australiana-argentina Martina de Marcos se encontraba en Panamá haciendo presentaciones en los colegios sobre el devastador efecto de las bolsas de plástico en los océanos, nunca se imaginó que su mensaje iba a producir un cambio tan radical.
A los pocos meses de iniciar su campaña, el gobierno panameño sacó una ley para prohibir en todo el país las bolsas de plástico de un solo uso.
“Me di cuenta de que faltaba mucha educación sobre el problema de la basura plástica. Al empezar a hacer unas charlas, muchos colegios me pidieron que fuera. Como yo no podía por falta de tiempo, se me ocurrió enseñar la presentación a jóvenes universitarios para que ellos la replicaran", contó esta estudiante de un Máster en Filosofía de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
Pero como su ejemplo comenzó a propagarse como un efecto dominó, después "una de las estudiantes decidió mostrársela a su tío, que es un legislador en Panamá, y él quedó súper impactado, por lo que decidió escribir una propuesta de ley para prohibir las bolsas plásticas y en menos de seis meses logró que se pasara la ley”.El amor de Martina por la naturaleza le viene en parte de su abuelo, y de las historias que le contaba sobre los animales del zoológico en el que vivió.
Martina de Marcos talks to children at a school in Lima Peru Source: Supplied
"Cuando era niña, nos contaba historias sobre monos, hipopótamos, jirafas y otros animales, sus historias se me quedaron grabadas".
Martina, que trabaja en varios proyectos educativos y como consultora, también se arremanga para limpiar las playas de algunas comunidades donde la basura plástica lo cubre todo.
A pesar de lo abrumador que puede resultar este desolador panorama, ella dice estar acostumbrada.
“Yo me digo a mí misma que yo ayudo, limpio o creo conciencia por mí. A mí me hace sentir bien porque siento que estoy poniendo todo lo que puedo de mi parte. El resultado se escapa de mi control, pero hago todo lo posible y confío, es lo único que puedo hacer”.Martina reconoce que en muchos casos la falta de educación o el no tener sistemas adecuados de recogida de basuras y reciclado en muchos países, son causas de este problema de la contaminación plástica, pero no las únicas.
Martina de Marcos dives in Los Cabos Baja California Sur Mexico Source: Supplied
“La gente también tiene falta de conciencia del momento presente. Porque si están en el momento presente, toma un segundo hacer lo correcto y tirar el deshecho a la basura o al reciclaje”.Martina se lamenta de que no hay tiempo, que no podemos esperar a que la siguiente generación resuelva el problema. Ella siente que tiene que ser la suya la que afronte el problema con determinación.
Martina de Marcos addresses the media in Puerto Cortes Honduras Source: Supplied
“Los niños nos van ayudar a convencer a sus papás, a sus hermanos, primos, tíos o amigos, y creo que necesitamos que todos se involucren, no sólo los niños.”
Tras el éxito en Panamá, Martina se animó crear su propia campaña de concienciación, "Limpiando el mundo" y durante nueve meses y con sus propios medios, recorrió gran parte de latinoamérica junto a su compañero, Ezequiel Bonomi.
Juntos dieron 180 charlas en once países, desde México hasta Sudamérica, en una ruta en la que llegaron a compartir su mensaje con 15,000 personas, muchas de ellas en comunidades remotas donde nunca habían oído hablar del problema de la contaminación plástica.La educadora y asesora insiste en el granito de arena con que todos podemos aportar cambiando nuestras actitudes cotidianas:
Martina de Marcos and partner Ezequiel Bonomi take the campaign to a school in Asuncion Paraguay Source: Supplied
“Reducir la cantidad de plástico que usamos, compostar nuestros desechos orgánicos y algo que para mí es súper importante, levantar la basura que vemos tirada en la calle, en la ciudad, en la playa o en el bosque, así evitamos que sea arrastrada por la lluvia y llegue a los ríos y al mar”.
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