En su primera declaración pública, Kathleen Folbigg describió su liberación como una "victoria para la ciencia" y agregó que estaba "extremadamente agradecida" por el apoyo que recibió de sus amigos y simpatizantes, después de pasar 20 años en la cárcel.
Esta madre australiana, condenada en 2003 por provocar la muerte de sus cuatro hijos, fue indultada y liberada el lunes después de que una investigación científica encontró que “existen dudas razonables” sobre su culpabilidad.
“Me honra la decisión y estoy extremadamente agradecida por haber sido indultada y liberada de la cárcel”, dijo en un video el martes.
"Extiendo mi eterna gratitud a mis amigos y familia, especialmente a Tracy (Chapman) y toda su familia, porque no habría sobrevivido esta experiencia espantosa sin ellos".
Hoy es una victoria para la ciencia, y especialmente, para la verdad.Kathleen Folbigg
Las nuevas pruebas científicas forman parte de una segunda investigación sobre sus condenas y fueron las que finalmente llevaron a que Folbigg fuera indultada de manera incondicional y liberada de la penal Clarence, en Grafton, el lunes.
Su abogada, Rhanee Rego, dijo que el caso de Kathleen refleja los graves problemas del sistema legal.
"El estado ha hecho lo inimaginable con Kathleen Folbigg, la metieron en la cárcel tras perder a sus cuatro hijos", dijo la abogada.
"Esta es una historia trágica, pero Kathleen es un ejemplo de un problema más amplio en el sistema”.
"Para rescatar algo positivo de esta historia trágica, Australia debe evaluar la eficacia del sistema de revisión posterior a la condena, el mismo sistema que tardó demasiado tiempo en deliberar una decisión”.
El papel que jugó una inmunóloga española
Un equipo de científicos, coordinado por la inmunóloga española Carola García de Vinuesa y liderado por el danés Michael Toft Overgaard, concluyó en 2020 que las muertes de los hijos de Folbigg podrían deberse a causas genéticas.
Dra Carola García de Vinuesa (foto ANU)
Dos décadas atrás, los fiscales alegaron que era muy raro que cuatro niños murieran repentinamente sin explicación y acusaron a la madre de asfixiar a sus hijos, que tenían entre nueve semanas y casi dos años.
Pero Folbigg siempre sostuvo que las muertes ocurrieron por causas naturales.
En 2021, la científica española y decenas de científicos de Australia y el exterior firmaron una petición pidiendo la liberación de Folbigg, al señalar que existían nuevas pruebas forenses que indicaban que las muertes inexplicadas estaban vinculadas con raras mutaciones genéticas o anomalías congénitas.
La segunda revisión legal ha sido muy importante y creo que ha sido un caso histórico que le dio una importancia muy grande a la ciencia en la corte y a la Academia Australiana de las Ciencias.La inmunóloga española Carola García de Vinuesa
“Una vez que se publicaron estos hallazgos comenzó una petición que firmaron más de cien científicos, incluidos dos ganadores del Premio Nobel, para ver si le daban un perdón a Kathleen Folbigg. Esto terminó en una segunda revisión del caso”, apuntó la experta.
El juez retirado Tom Bathurst, quien encabezó la nueva investigación, señaló que los hallazgos revelaron condiciones médicas que podrían responder por tres de las muertes.
Precisó que dos niñas tuvieron una rara mutación genética mientras que un niño habría tenido una "condición neurogénica subyacente".
Dados estos factores, Bathurst extirpó que la muerte del cuarto niño tampoco resultó sospechosa.
Kathleen Folbigg en su primer día de libertad en una granja en el norte de Nueva Gales del Sur. Source: Supplied / SUPPLIED/PR IMAGE
La Academia Australiana de las Ciencias, que ayudó en la investigación, dijo estar "aliviada" de que se hizo justicia con Folbigg.
Pero para la científica García de Vinuesa todavía hay mucho trabajo por delante.
“Se necesitan mecanismos nuevos para asesorar a los jueces y al sistema legal, que no tiene capacidad de interpretar datos complejos sin ayuda [de expertos científicos]”.
“La segunda revisión legal ha sido muy importante y creo que ha sido un caso histórico que le dio una importancia muy grande a la ciencia en la corte y a la Academia Australiana de las Ciencias”, señaló.