La Unión Europea está cerca de terminar con la costumbre de cambiar la hora en verano y en invierno. Recientemente se ha votado una propuesta en el parlamento europeo para que en el año 2012 se deje de cambiar la hora.
Al economista e investigador de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Usman Chohan, el unificar los horarios le parece una buena iniciativa. En declaraciones a SBS Spanish, él apuesta por encontrar un término medio y aboga por ver cómo las ventajas y desventajas pueden equilibrarse:
“La productividad de los trabajadores cae un poco cuando se está en la transición del cambio de hora. A pesar del uso de la tecnología, el factor humano impacta”.
“Sin embargo, desde el punto de vista de los consumidores, como el día dura más con el cambio de hora en verano, la gente hace más actividades, incluso alargan los tiempos en que hacen sus compras y los consumidores son más activos”, explica el economista.
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Este cambio de hora, lo que se conoce como daylight saving se hace tradicionalmente en Australia desde 1971, pero solo algunas partes del país participan en el horario de verano, por lo que todos los años se produce un debate sobre si los estados y territorios deberían estar unificados.
Una de las protestas por el cambio de hora viene de los agricultores que argumentan que el cambio de hora reduce la productividad. Los ganaderos lecheros aseguran que las vacas nunca se adaptan al nuevo horario.

Farmers have historically fought against daylight savings in Australia. Source: Getty Images
Una división horaria sin sentido
El problema también se plantea entre los estados que cambian la hora y los que no lo hacen, ya que solo se hace en algunas partes del país. Queensland, Australia Occidental y el Territorio del Norte no participan en el horario de verano, y el problema se plantea entre las personas que viven cerca de las fronteras entre estados, como el caso de una persona que viva en el norte de NSW y trabaje en Queensland, por lo que en determinados meses del año, tiene que manejarse con dos horarios diferentes.
Usman Chohan cree que esta estructura horaria no tiene sentido.
“El cambio horario tendría que hacerse en progresión vertical, no horizontal. No tiene sentido que estados como Nueva Gales del Sur y Queensland que están por encima uno del otro tengan diferentes horas. En todo caso, el uso horario debería estructurarse de oeste a este, pero no de norte a sur”, asegura el investigador.
Este año el horario de verano en Australia se termina el 7 de abril cuando los relojes se retrasen una hora.