Mayase Jere sabe lo que es que se le examine una y otra vez cuando se trata de pedir una promoción.
“Durante mucho tiempo pensé que se trataba de mi personalidad, que no soy los suficientemente agresiva”, dijo a SBS News.
Pero la mujer de 34 años y experta en análisis empresarial, que proviene de Zimbabue, ahora se pregunta si el lento progreso de su carrera, y por ende, salario, se debe parte a su etnicidad.Y ella no está sola.
Business analyst Mayase Jere Source: SBS News
“Cuando uno comienza a oír historias de otras mujeres de color que pasan por lo mismo, que no progresan rápidamente o sus salarios son desproporcionados a sus colegas, uno comienza a pensar que en realidad uno no se está volviendo loca”, comentó la profesional.
Esta situación se conoce como la brecha salarial étnica.
Reino Unido ha adoptado los pasos para rastrear y hacer frente a esta situación lo más pronto posible. Se prevé la implementación de regulaciones para que las empresas reporten de forma obligatoria el “pago étnico”.
La idea fue propuesta este mes por la primera ministra británica, Theresa May, con el respaldo del alcalde de Londres, Sadiq Kahn, tras una Auditoría sobre la Disparidad Racial encargada por el gobierno. El informe reveló una fuerte brecha entre los paquetes de los salarios y las oportunidades de promoción para los servidores públicos anglosajones y los no angrlosajones.
Otra auditoría sobre los servidores públicos publicado en marzo pasado reveló que aquellos que no tienen origen anglosajón ganaban hasta 37 por ciento menos que sus colegas blancos.
El panorama en Australia no es auspiciador
Los defensores de la igualdad entre las personas advierten que el problema puede ser similar en Australia o incluso peor debido a la cultura empresarial menos progresista que existe en el país.
Los estudios británicos indican que la diferencia era mayor en los casos de las mujeres que no eran blancas ya que además tienen que afrontar los problemas estructurales salariales por su género y se cree que por ello se sospecha que las mujeres étnicas pueden ser más afectadas en Australia.
Div Pillay, fundadora del grupo defensor de la multiculturalidad Diverse Women, dijo SBS News: “Lo que vemos es que hace diez años, había una gran diferencia desde una perspectiva de una mujer culturalmente diversa frente a la de una mujer anglo-celta nacida en Australia”
Pillay citó las encuestas de 2017 y 2018 de unas 15o de sus integrantes en campos como las finanzas, educación, energía, legal y de las matemáticas, ingeniería , ciencias y tecnología, que se conocen como STEM en inglés, mostraron que un 83 por ciento de las mujeres sentían que su cultura, género y edad eran barreras para su progreso profesional.
Esto era respaldado por otro informe de la Universidad de Sídney, que halló que el género y al etnicidad constituían un “peligro doble” que prevenían que ciertas mujeres obtengan las posiciones de liderazgo.
Este informe llamado “Rajando el Techo de Cristal Cultural” (Cracking the Glass Cultural Ceiling) reveló que “una de cada cinco mujeres culturalmente diversas siente que su trabajo estaba libre de los estereotipos o de prejuicios de género o contra la diversidad cultural”.
En el informe se pidió a los negocios a crear metas para el personal cultural diverso en sus organizaciones y para publicar el informe de sus progresos en el cumplimiento de sus objetivos.
El comisionado de Discriminación Racial, Chin Tan Chin Tan, quien compareció ante una comisión del Senado por la polémica moción de Una Nación “está bien ser blanco”, reconoció que no existen datos sobre la diversidad cultural en los puestos de trabajo.
“Las medidas para impulsar la diversidad cultural en nuestros centros de trabajo y aumentar el acceso a las oportunidades de empleo estarán entre una serie de temas que se incluirán en las consultas bajo mi nueva gestión”, recalcó. Image
La legisladora laborista Anne Aly, quien nació en Egipto antes de inmigrar a Australia a la edad de dos años, señaló que el debate en torno a “Está bien ser blanco” es una prueba de que el país tiene un largo camino por recorrer antes de que pueda discutir sobre la desigualdad estructural.
“Creo que cuando conversamos todavía en Australia sobre el uso de un lema supremacista en el Parlamento, esto me sugiere que necesitamos un debate más maduro”, remarcó.
Aly añadió que espera que el gobierno considere las oportunidades para recabar información y realizar informes obligatorios por parte de las empresas sobre el reclutamiento de personal y las prácticas de promoción de sus empleados.
“Pero al decir eso en un lugar en donde soy parte del cuatro por ciento (de legisladores que no tienen origen europeo) quizá lo primero que debamos hacer es liderar con el ejemplo”, opinó Aly.
Por su lado, la ministra de Empleo y de la Mujer, Kelly O'Dwyer , el titular de Asuntos Multiculturales, David Coleman, declinaron de dar su opinión.
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