China ha emitido una advertencia para que Australia respete su "soberanía judicial" y no interfiera en el caso del académico y defensor de la democracia chino-australiano Yang Hengjun, acusado por China de espiar.
El Ministerio de Exteriores de China confirmó el martes que Yang, que fue detenido en enero, ha sido acusado formalmente de espionaje. Dice además, que el hombre de 53 años goza de buena salud y que sus derechos están garantizados de manera plena y legal.
El académico podría enfrentar la pena de muerte si se mantienen los cargos en su contra.
La ministra de Relaciones Exteriores, Marise Payne, ha pedido a China que trate a Hengjun de acuerdo con las convenciones internacionales de derechos humanos.
"Queremos dejar muy claro que en ningún caso un ciudadano australiano debería estar expuesto a un tratamiento de este tipo. Es importante que se vea con claridad que el Dr. Yang está detenido de acuerdo con las condiciones y las garantías internacionales. Nos hemos esforzado mucho y creo que es importante y que él tenga acceso a sus abogados y a la oportunidad de comunicarse con su familia. Son derechos razonables que defenderemos", dijo Payne.
El abogado de Yang Hengjun, Julian McMahon, dice que no hay evidencias que respalden la acusación de que su cliente es un espía.
"Ciertamente tiene el potencial de ser un caso muy grave. No soy un comentarista político ni un experto en China, pero cualquiera que vea las noticias puede ver que la sensación de opresión con respecto a los escritores y pensadores de la democracia y los abogados de derechos humanos está creciendo y se está volviendo cada vez más grave", aseguró McMahon.
La esposa del Yang, Yuan Ruijian, residente permanente australiana, se encuentra en China y se le ha prohibido la salida del país.
Ella dice que no hay base para los cargos contra su esposo.