Australia busca reabrir sus universidades a los estudiantes internacionales, quienes aportaron unos $36,000 millones de dólares a la economía el año fiscal pasado. El plan es parte de la estrategia del país, que busca reanudar todas sus actividades económicas en julio y con ello mitigar los efectos de la recesión que se avecina a raíz de la pandemia de COVID-19.
Dos universidades participarán en el plan piloto: La Universidad de Camberra y la Universidad Nacional de Australia (ANU, siglas en inglés). Estos dos centros de estudios superiores permitirán el retorno de unos 350 estudiantes extranjeros, quienes entrarán al país en vuelos chárter en julio próximo.
El programa piloto pretende ser la punta de lanza para permitir posteriormente el ingreso del resto de los estudiantes extranjeros a las universidades, que calculan perderán $16,000 millones de dólares en los próximos tres años en los próximos tres años por las restricciones de COVID-19.
Puntos destacados:
- El plan piloto, respaldado por el gobierno federal y el de la ACTU, permitirá la entrada de 350 estudiantes internacionales a la Universidad de Camberra y la ANU (siglas en inglés de Australian National University).
- Las universidades australianas, que operan con un modelo empresarial, perderán $16,000 millones de dólares en los próximos tres años por las restricciones de COVID-19.
- Los estudiantes internacionales aportaron en el año fiscal pasado unos $36,000 millones de dólares a la economía.
Los detalles del plan tienen que ser finalizados, pero se contempla que los estudiantes, aborden un vuelo chárter desde Asia-Pacífico, que aterrizará en el aeropuerto de Camberra.
El programa apunta a estudiantes que ya tenían previsto retornar a Australia para reanudar sus estudios antes del cierre de fronteras, especialmente aquellos que están realizando investigaciones o estudios de post-grado, así como a los más destacados o quienes se encuentran en su último año de estudios.
Tras una cuarentena de 14 días en un hotel de Camberra, los estudiantes extranjeros serán alojados en el campo universitario para que continúen con sus estudios en el segundo semestre del año que inicia en agosto. Se espera que las autoridades implementen protocolos estrictos de sanidad durante los vuelos, las trasnferencias y la cuarentena supervisada.
Si el plan funciona, entonces las dos universidades buscarían el retorno de una mayor cantidad de estudiantes en el primer semestre del próximo año.
El vice-rector de la Universidad de Camberra, Paddy Nixon, dijo que el piloto es importante para todo el sector de la educación superior de Australia.
“El piloto consiste en establecer la viabilidad, los costes y todos los protocolos que tendremos que aplicar”, comentó Nixon.
Por su lado, el vicerector de la ANU, Brian Schmidt, comentó que su universidad echa de menos la contribución de los estudiantes internacionales en su campo.
“Este piloto es un gran paso para traerlos de regreso”, comentó Schmidt.
Unos 3,000 estudiantes internacionales de la ANU no pudieron entrar al país tras el cierre de fronteras de Australia en marzo pasado, mientras que otros 400 no pudieron retornar a la Universidad de Camberra.
En toda Australia, un 80 por ciento de los estudiantes internacionales pudieron retornar a Australia para el primer semestre, pero para el segundo, las universidades, que operan con un modelo empresarial, han registrado una caída masiva en las matrículas de las personas provenientes del extranjero.
Modelo empresarial y estrella exportadora
La educación es una de las estrellas exportadoras después del carbón, el hierro y el gas. Es una industria que se encuentra también amenazada por las advertencias de China a sus estudiantes para que reconsideren sus estudios en Australia. Esto, en medio de las tensiones comerciales y diplomáticas entre ambos países, tras los llamados de Australia a que se realice una investigación sobre el origen del coronavirus.
La pandemia ha obligado a los estudiantes internacionales, que llegan a pagar hasta unos $33,000 por sus estudios en Australia, a cancelar sus planes de estudios o a retornar a sus países de origen por la falta de empleo y subsidios.
La reducción de los ingresos de los estudiantes internacionales debido al cierre de los negocios de hostelería, que normalmente emplea a estos extranjeros, y la exclusión de las universidades públicas del plan de subsidios salariales gubernamentales para los trabajadores, ha golpeado fuertemente este sector. Se cree que perderá hasta $16,000 millones de dólares para 2023 y 21.000 puestos de trabajo debido al impacto del Covid-19.
La pandemia también ha golpeado a muchas de las investigaciones universitarias, que representan el 90 por ciento de la investigación en Australia y el 43 por ciento de la aplicada, ya que se ha cancelado una gran parte de ellas o se han destinado fondos a otras centradas en el nuevo coronavirus, de acuerdo a datos de Universities Australia.
El recorte de empleos en las universidades afectará a unas 7.000 personas vinculados a investigaciones académicas y a 9.000 estudiantes internacionales que interrumpirán sus investigaciones este año, según un reciente estudio coordinado por el jefe científico del gobierno, Alan Finkel.
El “sueño australiano” hecho añicos
El nuevo coronavirus ha convertido el "sueño australiano" en una pesadilla para los miles jóvenes llegados de América Latina, Asia y otros lugares del mundo a esta inmensa isla, que antes de la pandemia era un lugar cargado de oportunidades.
Sin embargo, muchos se han visto privados de sus medios de subsistencia, ya que las restricciones impuestas para combatir la epidemia deCOVID-19 provocaron el cierre de numerosos pequeños comercios en los que estos estudiantes podían trabajar.
En Australia hay más de medio millón de estudiantes extranjeros, principalmente provenientes de China, India, Nepal, Vietnam, aunque hay una buena cantidad de latinoamericanos, entre ellos brasileños y colombianos. Los estudiantes internacionales que trabajan horas limitadas contribuyen impuestos a la economía del país.
Muchas universidades australianas han pedido al Gobierno que permita la entrada en el país a los estudiantes internacionales, que representan un tercio de su población estudiantil de 1,5 millones.
Los estudiantes extranjeros estaban en la mitad de su primer semestre del año cuando el primer ministro conservador, Scott Morrison, dijo en conferencia de prensa el 3 de abril, al inicio de la pandemia, que debían volver a casa si no podían susbsitir en Australia.
La relajación de las restricciones a partir del 1 de junio significa que los restaurantes y cafés podrán acoger a más clientes.
Algunos estudiantes ya han sido contactados por sus jefe para regresar a sus empleos. Sin embargo, la recuperación será gradual y no todos recuperarán sus puestos de trabajo.