Los jóvenes australianos deberían ser la próxima prioridad en el plan de vacunación anti-COVID, según proyecciones

El modelo en el que se basa el plan para devolver a Australia a la normalidad ha identificado a los jóvenes australianos como propagadores "máximos" del COVID-19, por lo que deberían ser objeto primordial de vacunación.

Calls growing for the government to set firm vaccination targets to re-open Australia

Source: AAP Image/AP Photo/John Pye

Los menores de 40 años se han convertido en los "máximos propagadores" del COVID-19 y vacunar a los más jóvenes es la mejor manera de detener la propagación del virus, según el modelo recientemente presentado que recomienda cuál debe ser la respuesta de Australia a la crisis sanitaria.

El modelo del Instituto Doherty que sustenta el acuerdo alcanzado por el Gabinete Nacional para los objetivos de vacunación y el regreso de Australia a la normalidad se presentó públicamente el martes.

Sus resultados identifican a los jóvenes australianos como los que ahora presentan la mayor amenaza de transmisión del virus y sugieren que el país adopte una estrategia de vacunación "para todos los adultos", en comparación con una estrategia de "los más mayores primero", y predice que dará como resultado tasas más bajas de infecciones sintomáticas, ingresos hospitalarios y muertes.


Puntos destacados:

  • Australia podría alcanzar las tasas de vacunación requeridas para poner fin a los confinamientos generalizados antes de fin de año.
  • El 19,7 por ciento de las personas mayores de 16 años se han vacunado por completo contra el coronavirus en Australia.
  • Con una tasa de vacunación del 50 por ciento de la población, el modelo estima que casi 8,894 personas podrían morir a causa de un brote incontrolado que dure 180 días.

Según el informe, los adultos más jóvenes son los transmisores máximos de COVID-19, mientras que los adultos mayores experimentan los impactos de salud más severos.

La profesora del Instituto Doherty, Jodie McVernon, dijo a los periodistas el martes que la estrategia de la vacuna debe cambiar para convertir a las personas más jóvenes en la próxima prioridad.

“Este es el grupo sobre el que ahora estamos proponiendo una reorientación de la estrategia”, dijo.

“Son realmente las edades de 20 a 39 años las que más esparcen el virus. Llevarán COVID a casa con sus hijos. Se lo llevarán a sus propios padres".
Respecto al índice de vacunación, el modelo proyecta que entre el 70 y el 80 por ciento de la población tendrá que estar vacunada para comenzar a eliminar las restricciones y poner fin a los confinamientos.

Cualquier índice menor de esta cifra necesitará que se mantengan en vigor restricciones estrictas o moderadas.

La profesora McVernon utilizó el símil de los incendios forestales y comparó las tasas de vacunación del 50 o 60 por ciento con convertir lo que "de otra manera podría ser un incendio forestal" en una "quema preventiva más controlada" para mantener el número de casos bajo.

Sin embargo, las pruebas de alta calidad del coronavirus, el rastreo, la cuarentena y el distanciamiento social de bajo nivel serán cruciales para mantener bajas las tasas de mortalidad incluso cuando el 70 por ciento de las personas estén vacunadas.
Los australianos, ahora 10 millones de ellos, languidecen encerrados con la tasa de vacunación más baja del mundo desarrollado.
Las proyecciones también incluyen un escenario teórico de un brote grave para representar el impacto de los diferentes modelos de vacunación.

Con una tasa de vacunación del 50 por ciento de la población, el modelo estima que casi 8,894 personas podrían morir a causa de un brote incontrolado que dure 180 días.

Cuando la tasa de vacunación alcance el 70%, la tasa de mortalidad bajaría a 1,984 personas, mientras que al 80% bajaría aún más a 1.281.

Pero el primer ministro Scott Morrison descartó que esta situación se pudiera dar en la realidad.

"No tengo ninguna duda de que si tal escenario llegara a ocurrir, entonces se tomarían medidas adicionales para evitar ese tipo de resultados", dijo a los periodistas.

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El Instituto Doherty dice que la estrategia óptima en el futuro es continuar con un enfoque de supresión del virus con confinamientos duros y tempranos para limitar la duración y los costos de los cierres.

También sugiere que Australia podría alcanzar las tasas de vacunación requeridas para poner fin a los confinamientos generalizados antes de fin de año.

Los últimos datos de vacunación muestran que el 19,7 por ciento de las personas mayores de 16 años se han vacunado por completo contra el coronavirus.

El portavoz de salud del Laborismo, Mark Butler, dice que la cifra sigue siendo demasiado baja.

"Los australianos, ahora 10 millones de ellos, languidecen encerrados con la tasa de vacunación más baja del mundo desarrollado", dijo a los periodistas el martes.

 


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Published 4 August 2021 11:38am
By Tom Stayner

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