El gobierno federal ha prometido apoyar los servicios contra la violencia doméstica y familiar dirigidos a los inmigrantes temporales, a las mujeres con discapacidad y a las mujeres indígenas, al tiempo que promete hacer más para acabar con todas las formas de violencia contra las mujeres y los niños.
Los documentos presupuestarios revelaron el martes que el gobierno tiene previsto invertir más de $998 millones de dólares en cuatro años en programas y servicios para reducir la violencia doméstica, sexual y familiar, y apoyar a quienes la sufren.
Las nuevas medidas, que suponen más del doble del compromiso actual del gobierno federal de $340 millones de dólares en tres años, llegan apenas unos meses después de que el trato que el gobierno ha dado a las mujeres provocara protestas generalizadas en todo el país.
Pero incluso con el enorme aumento de la financiación, los defensores de la seguridad de las mujeres han advertido de que se necesitan al menos $1.000 millones de dólares de ayuda del gobierno federal al año para colmar las lagunas de los servicios disponibles.
"Una de cada cuatro mujeres sufre violencia por parte de su pareja actual o anterior, y esto debe terminar", dijo Frydenberg desde Camberra.
"Debemos hacer más para acabar con todas las formas de violencia contra las mujeres y los niños", dijo el Tesorero.
Alrededor de $165 millones de dólares de la nueva financiación se destinarán a un programa de prueba de dos años que ofrecerá pagos en dinero a las mujeres para escapar de la violencia. Un pago de hasta $5.000 dólares se pondrá a disposición de las mujeres y los niños que escapen de la violencia apoyados por los servicios de primera línea contra la violencia doméstica y familiar.
En el marco del programa de prueba, las mujeres podrán acceder a $1.500 dólares en efectivo de forma inmediata y a otros 3.500 dólares para el pago de bienes, matrículas escolares, bonos u otros artículos de primera necesidad.
Otros $261 millones de dólares se destinarán a establecer una asociación nacional con los estados y territorios para mejorar la financiación de los servicios de primera línea contra la violencia familiar.
Más de $29 millones de dólares se destinarán a apoyar a las mujeres inmigrantes y refugiadas víctimas de la violencia mediante programas de base y ayudas económicas y sociales.
También se prorrogará por un segundo año un programa de prueba que permite a los inmigrantes temporales que no pueden servirse de las ayudas sociales del gobierno acceder a pagos de hasta $3.000 dólares mientras huyen de la violencia.
Se han reservado, al menos, $26 millones de dólares repartidos en cuatro años para apoyo a mujeres y niños aborígenes e isleños del Estrecho de Torres. Otros $9,3 millones de dólares a lo largo de tres años se destinarán a la creación de recursos en Internet para las mujeres y niñas con discapacidad que sufren violencia, así como a la investigación sobre los apoyos específicos necesarios en estos asuntos.
El presupuesto describe las medidas como parte de la "estrategia de transición del gobierno" mientras se prepara para sustituir el actual plan nacional para reducir la violencia contra las mujeres y los niños, que finaliza en 2022.
Hayley Foster, directora ejecutiva de Women's Safety NSW, describió previamente la promesa del gobierno de duplicar su inversión en el sector como un "buen comienzo", pero pidió que se cuadruplique la financiación.
"Se trata de reconocer la magnitud de este problema, que es el principal factor prevenible de muerte prematura, discapacidad y enfermedad en las mujeres australianas de hasta 45 años", afirmó.
También se destinarán más de $92 millones de dólares a la prevención de la violencia doméstica, familiar y sexual durante cuatro años. Esto incluye la financiación de la educación sobre el consentimiento, las relaciones respetuosas y la ampliación de la campaña "Stop it at the Start".
El gobierno fue muy criticado por su falta de medidas centradas en la mujer en el presupuesto del año pasado, a pesar de que las mujeres están entre las más afectadas por la pandemia del COVID-19.
El presupuesto del martes reveló un déficit de $161.000 millones de dólares para este ejercicio, lo que supone una mejora de $52.700 millones de dólares respecto a las previsiones del año pasado.
