Sinopsis:
El anuncio de la dimisión de Jacinda Ardern ha tomado a Nueva Zelanda por sorpresa, pero la primera ministra dijo que había estado considerando la decisión durante el período de verano.
"Estoy entrando ahora en mi sexto año en el cargo, y por cada uno de esos años, lo he dado todo. Creo que liderar un país es el trabajo más privilegiado que alguien podría tener, pero también uno de los más desafiantes. No puedes, y no debes hacerlo a menos que tengas un tanque lleno y, además, un poco en reserva para esos desafíos inesperados”, dijo la primera ministra.
El partido laborista eligió a su nuevo líder, Chris Hipkins, en una reunión de partido el domingo. Ardern dejará el cargo el 7 de febrero.
A pesar de un aumento meteórico de la popularidad durante la pandemia de COVID-19, el índice de aprobación de Jacinda Ardern se desplomó en medio del aumento del costo de vida, la creciente inflación y el aumento de la delincuencia.
Parte de ese descontentó escaló hasta el punto de que la policía de Nueva Zelanda informó que, en 2022, las amenazas de muerte contra la mandataria y su familia casi se habían triplicado en tres años.
Algunos de esos casos han sido llevados ante la justicia.
Si bien la policía no pudo determinar los motivos de cada amenaza individual, los documentos que publicaron mostraron que el sentimiento contra la vacunación fue la fuerza impulsora de una serie de amenazas.
Otro factor fue la oposición a la legislación para regular las armas de fuego tras el tiroteo masivo del 15 de marzo en Christchurch.
El politólogo y profesor de la universidad de Griffith, Ferrán Martínez i Coma, analiza el legado de Ardern y la exacerbada polarización política tras la pandemia.
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