La caída en el número de casos confirmados de COVID-19 por transmisión comunitaria en Australia ha sido tan efectiva, que ha reavivado las esperanzas de que se abra una burbuja de viajes entre Australia y Nueva Zelanda para fin de año; al menos para los residentes de Queensland, Nueva Gales del Sur y otros estados, excepto Victoria.
El ministro federal de Turismo, Simon Birmingham, manifestó que espera que se abran primero las fronteras interestatales.
"Espero que antes de abrirnos a visitantes de Nueva Zelanda, podamos ver abiertos tantos estados de Australia como sea posible. Tenemos que estar dispuestos a abrir las fronteras estatales para que Nueva Gales del Sur también esté bien conectada, no solo por vuelos con Nueva Zelanda, sino, que las fronteras de Nueva Gales del Sur estén abiertas a todos los demás estados, excepto Victoria."
Las noticias llegan al tiempo que Melbourne respira el lunes un aire de mayor libertad, tras la eliminación del estricto toque de queda nocturno que pesaba sobre sus residentes desde hacía ocho semanas, además de la relajación de otras restricciones, anunciadas por el premier de Victoria, Daniel Andrews el domingo en la tarde.
La caída en el promedio de casos positivos de coronavirus a 22,1 casos esta quincena, representa un número muy por debajo del punto de referencia original de 30 a 50 caso estipulados originalmente para pasar a la siguiente etapa de levantamiento de restricciones en la hoja de ruta COVID-19 del estado.
Victoria ha registrado sólo cinco casos de coronavirus y tres muertes más desde que el premier Daniel Andrews anunciara el fin del toque de queda para Melbourne el domingo, por lo que la región metropolitana de Melbourne ha avanzado al paso dos de la hoja de ruta del estado para eliminar las restricciones.
Se espera que el gobierno de Victoria dé el tercer paso en su hoja de ruta para aliviar las restricciones el 19 de octubre, una semana antes de lo programado originalmente.
Andrews aclaró el domingo que no habrá una aceleración dramática del plan, a pesar de que insinuó que algunas medidas podrían flexibilizarse aún más esta semana.
"No todo se abrirá mañana (lunes 28 de septiembre), y he tratado de ser muy claro al respecto. Pero la gente puede ser optimista y realmente positiva sobre el hecho de que estos números están bajando".
Pero el líder de la oposición Michael O'Brien insiste en que la reapertura de Melbourne no es lo suficientemente rápida.
"Necesitamos comenzar a deshacer el desastre y el daño que se ha hecho a nuestra economía, sino también a nuestra sociedad. ¿Cuántas familias no se han podido ver durante meses? ¿Cuántos amigos no se han podido ver durante meses?”
Por su parte, el director de salud, el Prof. Brett Sutton, advierte que las cifras más bajas no significan que los residentes puedan volver todavía a la vida que tenían antes de la pandemia.
"(No podemos permitir todavía) situaciones en las que las personas están demasiado juntas, hablando, riendo y gritando, sin usar mascarillas. Llegaremos al punto en que sí se pueda, pero todavía no."
Mientras tanto, en Nueva Gales del Sur, un caso misterioso el viernes puso fin a la racha de tres días sin transmisión comunitaria del estado.
También se ha detectado una infección por COVID-19 en un viajero que regresa en cuarentena de hotel.
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