Un nuevo análisis del grupo de investigación inmobiliaria CoreLogic afirma que existe un potencial sin explotar al que el país podría acceder con la creciente población australiana.
A medida que aumenta el número de personas que llaman a Australia su hogar, el mercado de alquileres se ha convertido en uno con estrecho margen de maniobra.
La migración neta anual se ha disparado a niveles récord, con más de 454.000 llegadas en los últimos 12 meses.
Pero esto se produce después de un importante descenso debido a que las restricciones fronterizas por COVID 10 que impidieron los viajes.
Las tendencias medias muestran que el aumento actual se debe en parte a una demanda reprimida, en un momento en que también se ha producido un descenso del 22% de las salidas del país.
Y con la oferta de alquiler en mínimos históricos, encontrar un lugar asequible para vivir es cada vez más difícil.
Alrededor del 61% de los nuevos inmigrantes que llegaron a Australia entre 2016 y 2021 eran inquilinos.
Aunque la migración a corto plazo ha aumentado la presión sobre el coste de la vivienda, expertos afirman que la migración estratégica puede ser una solución.
Dado que la inmigración representa una oportunidad de crecimiento económico, los investigadores afirman que los objetivos migratorios -en lugar de los topes- podrían ayudar a Australia a aprovechar el potencial de su creciente población.
Sobre el impacto de la crisis de vivienda en el marco de las políticas migratorias, conversamos con la CEO de la organización especializada en finca raíz Wealthi, Tiffy Rubinat.