Puntos destacados:
- El Centro de Predicción Climática de EE.UU. (CPC) declaró que La Niña está en marcha en el Océano Pacífico tropical.
- El evento climático, caracterizado por aumento de lluvias, podría volver por cuarta vez en cinco años, aumentando las perspectivas de un comienzo empapado de 2025 en la mayor parte de Australia.
- Entrevista con el meteorólogo Max Henríquez Daza, de la Universidad de Ciencias Naturales de Budapest-Hungría y ex colaborador de la Organización Meteorológica Mundial.
El fenómeno climático La Niña está asociado con un aumento de las lluvias y nubosidad en Australia, especialmente en las regiones del norte. Esto reduce las temperaturas diurnas durante el verano y principios del otoño, disminuyendo, en cierta medida, el riesgo de incendios forestales.
Sin embargo, también incrementa la probabilidad de actividad ciclónica, lo que representa un desafío significativo para las comunidades costeras del país.
En entrevista con Australia en español, de SBS Audio, el meteorólogo de la Universidad de Ciencias Naturales de Budapest-Hungría y ex colaborador de la Organización Meteorológica Mundial, dice que Australia es uno de los países más directamente afectados por La Niña.
“Todos los países de la cuenca del pacífico, pero especialmente Australia y los países de la costa oriental de la cuenca del pacífico sufren de manera prácticamente directa los impactos que causa un evento de la niña.”
Máx Henríquez, Meteorólogo, periodista ambiental, investigador y escritor del libros sobre climatología.
Estos cambios, añade, afectan directamente las corrientes oceánicas y la atmósfera, intensificando los efectos de La Niña. A medida que el clima global experimenta alteraciones, los meteorólogos deben redoblar esfuerzos para entender estas complejas interacciones.
El Niño
Henríquez advierte sobre la posibilidad de que El Niño regrese poco después de La Niña, un fenómeno que podría seguir alterando el clima de Australia. Aunque generalmente hay un intervalo de algunos meses entre estos eventos, el meteorólogo destaca que su alternancia es un comportamiento típico del sistema climático del Pacífico.
Es como un elástico: Lo que se enfría, eventualmente se calienta, y viceversa. Por eso, mientras nos adaptamos a La Niña, también debemos prepararnos para lo que pueda venir después.Max Henríquez, meteorólogo, investigador y escritor.
Monitoreo en Australia
Australia está a la vanguardia de la investigación sobre fenómenos climáticos, asegura Henríquez. Instituciones como el Bureau of Meteorology (BOM) juegan un papel crucial en el monitoreo de los cambios oceánicos y atmosféricos, utilizando tecnología avanzada como boyas marinas, satélites y estaciones terrestres.
“Gracias a estos sistemas, podemos predecir con semanas o meses de anticipación los impactos de fenómenos como La Niña o El Niño,” señala.
Sin embargo, el año 2024 fue un recordatorio de que el clima puede ser impredecible. Fenómenos inusuales, como la sequía en la selva del Amazonas, subrayan la necesidad de seguir investigando y adaptándonos a un planeta en cambio.
Para Australia, los efectos de La Niña no son solo un tema meteorológico, sino una realidad que afecta a las comunidades, la agricultura y los ecosistemas.
Como concluye Henríquez, “Estamos viviendo un cambio climático sorprendente que redefine el comportamiento de fenómenos como La Niña y El Niño. Nuestro desafío es aprender, adaptarnos y estar preparados para un clima cada vez más extremo.”
Para escuchar la entrevista completa con el meteorólogo Max Henríquez, pulsa el botón de reproducción de audio que aparece al inicio de esta página.