Las “Cartas del Palacio”, como se llama a la correspondencia intercambiada en 1975 entre la reina Isabel II y el gobernador general en Australia, John Kerr, desvelarán detalles sobre lo que fue la mayor crisis constitucional de nuestro país: la remoción del laborista Gough Whitlam del cargo de primer ministro.
Las más de 200 cartas dirigidas a la reina Isabel II estaban depositadas en el Archivo Nacional Australiano desde 1978, año en que el gobernador John Kerr cesó sus funciones. Y si bien estas misivas debían hacerse públicas hace más de una década, esto no sucedió porque había un problema que motivó una batalla legal: estaban marcadas como “personal y confidencial”.
El viernes pasado, el Tribunal Superior de Australia, la máxima instancia judicial del país, determinó que esta clasificación de “privado y confidencial” no impide que se acceda a una comunicación hecha por un funcionario público sobre un asunto público.
Puntos destacados
- Gough Whitlam, quien llevó al poder a los laboristas por primera vez en 23 años, fue destituido por el gobernador general John Kerr argumentando que el mandatario no logró apoyo parlamentario para aprobar unas leyes y se negó a convocar a elecciones.
- La destitución de Whitlam es la mayor crisis constitucional de Australia.
- La historiadora Jenny Hocking ganó una larga batalla legal para acceder a las cartas intercambiadas entre Kerr y la reina Isabel II antes de la dimisión para conocer una parte de la historia australiana que permanecía sellada en el Archivo Nacional.
El fallo le da derecho a la historiadora Jenny Hocking a acceder a este material.
"Sin esta decisión estaríamos en una situación extraordinaria en la que documentos fundamentales, documentos históricos fundamentales, se iban a mantener en nuestros propios archivos y embargados por la Reina. Esta decisión ha revocado eso. Reafirma la ley australiana sobre los archivos australianos", comentó la historiadora que llevó el caso a los tribunales.
La investigación de Hockings permitirá conocer si la reina sabía o cuánto se le había informado sobre la destitución de Whitlam, aunque el investigador y uno de los primeros refugiados chilenos en Australia Gustavo Martin Montenegro la reina no habría tenido una implicación directa en el hecho.
“Se me hace difícil que la reina hubiera dicho saquen al señor Whitlam del cargo, no lo creo”, comentó a SBS Spanish Martin Montenegro.
“Creo que el gobernador recibía influencia de grupos reaccionarios y conservadores que le pidieron en alguna medida que pida la renuncia de Whitlam”, precisó el chileno.
La mayor crisis constitucional de Australia
Whitlam, quien en 1972 llevó al poder al Partido Laborista después de 23 años, ha sido un mandatario tanto polémico como reconocido por reformas importantes como la introducción del Medicare, el fin de la política de la “Australia Blanca”, el establecimiento de las relaciones formales con China y el retiro de las tropas australianas de Vietnam, entre otras.
Whitlam ganó un segundo período de gobierno tras la doble disolución del Parlamento en 1974 en plena crisis mundial del petróleo, pero éste terminó meses después abruptamente en un incidente que ha sido calificado como la mayor crisis constitucional de Australia.
El 11 de noviembre de 1975, John Kerr, quien era el representante de la reina Isabel II, destituyó al primer ministro Whitlam bajo el argumento de que no renunció o convocó a elecciones tras no lograr el apoyo parlamentario, cuyo Senado estaba dominado por la oposición, para aprobar unas leyes sobre el gasto público.
Tras la remoción de Whitlam, el único mandatario destituido en Australia, Kerr designó como primer ministro interino al entonces líder de la oposición, el liberal Malcom Fraser, quien después ganó en las elecciones de ese año.
Gustavo Martin Montenegro, quien había llegado en 1974 a Australia, recordó en entrevista con SBS en español que la comunidad de entonces, conformada por unos 9000 refugiados chilenos, temían por su repatriación o el fin de la acogida de activistas que huían del régimen de Augusto Pinochet.
“Tuvimos bastante temor porque pensamos incluso que nos iban a devolver a nuestro país de origen”, comentó el activista chileno de Camberra.
Pero después de conversaciones con los políticos australianos “Fraser envió un emisario al Comité de Solidaridad con Chile...para decirnos a los chilenos que no nos preocupemos, que estábamos acogidos a la franquicia de la residencia en Australia”.
“Además de eso Fraser dijo que continuaba el acuerdo con los laboristas para traer a chilenos a Australia”, explicó Gustavo Martin Montenegro al explicar que durante el gobierno del mandatario liberal llegó una mayor cantidad de sus compatriotas que bajo la administración de Whitlam.
La CIA y el paralelo con Chile
El día de su destitución Whitlam presuntamente iba a informar al Parlamento sobre la presencia secreta de la CIA estadounidense en Australia cuando fue destituido por Kerr, quien tenía fuertes lazos con la Inteligencia anglo-australiana, según el periodista australiano John Pilger, quien investigó estos hechos.
De acuerdo al libro de Pilger "Un país secreto" (A Secret Country), un día antes de su destitución se le mostró a Whitlam un mensaje de Theodore Shakley, jefe de la CIA en el Sudeste Asiático y quien participó en 1973 en el golpe del presidente chileno Salvador Allende, en el que decía que el mandatario laborista era un riesgo a la seguridad de su país.
No es ningún secreto que el golpe fue apoyado por los Estados Unidos a través de la CIA, la Agencia Central de Inteligencia. Lo que es menos conocido es que la CIA contó con la ayuda de su contraparte en Australia, ASIS, el Servicio Australiano de Inteligencia Secreta.
La estación de inteligencia australiana estuvo abierta en Chile desde julio de 1971 y el golpe fue en septiembre de 1973. Para entonces, Gough Whitlam y el Partido Laborista ya estaban en el poder.
Bill Robertson, entonces Director General de ASIS, dice que el primer ministro Gough Whitlam fue informado de esta operación en febrero de 1973, pero no quiso detener la operación en Chile de inmediato, ya que estaba preocupado de cómo podría reaccionar la Casa Blanca.
El investigador Martin Montenegro también coincide con lo que en su momento reveló la periodista de investigación Florencia Melgar sobre la participación de Australia en el golpe.
En una reunión que tuvieron varios activistas solidarios con Chile tuvieron con Whitlam y sus ministros como Al Grasby antes de la destitución,
En esa reunión también se abordó la presencia de los agentes de la inteligencia australiana en Chile, así como del peligro que suponía que se desprestigie internacionalmente al gobierno laborista de Whitlam.
“Le dije a Al Grasby (ministro de Whitlam) que se exponía a la misma situación de Allende porque los agentes habían hecho un trabajo en Estados Unidos y Reino Unido para desprestigiar al gobierno de Whitlam porque les oplía a un gobierno muy parecido al de Allende en Chile”.
“No sería nada raro-agregó en su conversación de entonces-que el gobierno de Whitlam corriera la misma suerte, a lo mejor por otros motivos, cosa que al final sucedió”, enfatizó Gustavo Martin Montenegro.